“Muchas de las cosas que nosotros percibimos se deben a accidentes que se convierten en una forma de destino cuando hay una capacidad de sincronía”, Juan Villoro.
“Uno y uno” es la forma más sencilla y común de dejar pasar a los vehículos para que exista una sinergia en las vialidades, pero si hay algo característico o que define a la Ciudad de México, es su particular forma de buscar orden en medio de todo su caos.
Son las 17:30 del 13 de setiembre, llevo más de 15 minutos hablando con el asesor de mi seguro de auto, que está del otra lado de la línea preguntándome si “había lesionados”. El costado izquierdo de mi vehículo está deshecho y afortunadamente, estoy sin ningún rasguño.
La historia del impacto es fugaz, como el accidente, iba circulando por una vía primaria cercana al aeropuerto cuando una camioneta gris, que venía en sentido contrario, chocó mi automóvil, como es de pensarse nos orillamos cuando los demás “chismosos” nos permitieron avanzar. De primera instancia, hubo gritoneos. “Saliste de nada”. “Fue tu culpa”. “Pinche tonto”. “Háblale a tu seguro”. Este último grito el más sensato de todos.
No sé qué pasó por la cabeza de la persona que me impactó, si el golpe fue tan duro que consideraba que él era el agraviado y no el infractor, pero esa aclaración vendría más adelante.
Ambos hicimos lo prudente llamamos a nuestros seguros. La llamada que, como se los adelanté, tenía poco más de 15 minutos culminó con un “se acaba de levantar el ticket de su siniestro, de 20 a 40 minutos un agente estará con usted”, colgué, no sin antes atender la breve encuesta de satisfacción, hasta este momento la atención era buena. Por otra parte, mi compañero de percance seguía en línea y minutos después de colgar el celular fue hacia mi y me dijo “ya viene para acá mi seguro” -claro, seguía soberbio-.
Pasaron 30 minutos y el seguro de la persona que me chocó llegó, era un auto corporativo de seguros BBVA, levantó el reporte, me preguntó por mi salud y si necesitaba asistencia médica. Una vez que terminó conmigo, hubo un diálogo a la lejanía de los vehículos. La persona que de la camioneta gris no estaba muy convencida de lo que estaba pasando. El agente de seguros regresó a mi vehículo tomó fotos y me preguntó, ¿ya viene tu seguro para acá?
Pasó una hora y no se veía ningún auto con una marca de mi seguro aproximarse, decidí darle 30 minutos más -estábamos en hora pico de tráfico-. Cuando se cumplieron las 2 horas de mi accidente llamé, otro asesor me atendió y solicité me indicaran “si ya venía el ajustador”. Tomaron mis datos una vez más y se limitaron a contestar que el tiempo de espera era de 120 a 180 minutos, o sea casi tres horas, a partir de colgada la llamada. En este punto del relato, tanto la persona que me impactó como su asesor de seguros ya habían tomado una decisión, al fin, el conductor de la camioneta gris había admitido que el venía en sentido contrario de la vialidad, que no se fijó al cruzar la avenida y que lo único que deseaba era irse y no esperar a mi seguro.
Se acercó el agente de BBVA y me entregó una hoja en la que se detallaba que ellos pagarían el accidente, y antes de terminar me hizo una pregunta retórica “¿tu seguro es AXA?” Después de decirle que sí, bromeó con su falta de inmediatez, hizo labor de venta y finalizó reiterando los servicios médicos en caso de necesitarlos.
Son las 11:15 pm, el agente al fin llegó al lugar, primero cuestionó ¿por qué nos movimos del lugar del accidente? Luego, increpó sobre el paradero del otro vehículo. Mi respuesta se limitó a “tardaste más de 5 horas en llegar”, su actitud cambió, sabía que no había respuesta para ello.
Se puede presentar una reclamación ante la Condusef cuando exista un incumplimiento del contrato, ya sea porque la aseguradora se niega a pagar la indemnización, hay inconformidad con el monto de pago, el tiempo de pago ha sido excesivo, la reparación del bien se ha demorado o por inconformidad con la reparación del auto
Esta historia para mi aún continúa, mi auto sigue en el taller después de reclamar el monto por el cual habían valuado mi siniestro.