Cierre de escuelas costaría 17 billones de dólares a profesionales en el futuro

Los menores de entre 10 y 15 años en México han presentado deficiencias en matemáticas y lectura

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 .  (Foto: Getty)

El cierre de las escuelas por la COVID-19 tendrá consecuencias en la actual generación de estudiantes y es que de acuerdo con un informe del Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), este sector de la población corre el riesgo de perder alrededor de 17 billones de dólares (en valor actual) del total de ingresos que percibirán durante toda la vida.

El informe “El estado de la crisis educativa mundial: un camino hacia la recuperación”, detalló que dicha cifra representaría el 14% del PIB mundial actual y los países de ingresos bajos y medianos podrían alcanzar hasta un 70% de niños en situación de Pobreza de Aprendizajes tras el cierre de las instituciones educativas y la carencia de eficacia del aprendizaje a distancia.

La información indicó que 1.600 millones de estudiantes fueron afectados en todo el mundo y en el caso de México la situación también se ha visto influenciada por el nivel socioeconómico de los educandos, su género y grado, y al menos en dos estados del país se han registrado pérdidas de aprendizaje significativas en lectura y matemáticas a los que provienen de hogares con bajos ingresos de entre los 10 y 15 años de edad y principalmente niñas.

Asimismo, se expuso que los niños con discapacidades tuvieron menos oportunidades en el aprendizaje a distancia por la falta de acceso a las tecnologías y la carencia de electricidad, conectividad y dispositivos, así como a la discriminación y las normas de género, por lo que, de acuerdo con Robert Jenkins, Director de Educación del UNICEF, aumentó el “riesgo de enfrentarse al trabajo infantil, la violencia de género, el matrimonio precoz y el embarazo”.

En tanto, Jaime Saavedra, Director de Educación del Banco Mundial aseguró que “el aumento potencial de la pobreza de aprendizajes podría tener una repercusión devastadora en la productividad, los ingresos y el bienestar futuros de esta generación de niños y jóvenes, sus familias y las economías en todo el mundo".

El informe puntualizó en que hasta ahora los gobiernos han destinado a la educación menos del 3% de sus presupuestos y se necesita una mayor cantidad de fondos para que la recuperación inmediata del aprendizaje sea efectiva, por ello la creciente necesidad de reabrir las escuelas y acelerar la recuperación del aprendizaje mediante programas con tres líneas de acción: consolidar los planes de estudio; ampliar el tiempo de instrucción; y mejorar la eficiencia del aprendizaje.

Para construir sistemas educativos más resilientes a largo plazo, los países deben:

  1. invertir en un entorno propicio para desbloquear el potencial de las oportunidades de aprendizaje digital para todos los estudiantes
  2. reforzar el papel de la familia y las comunidades en el aprendizaje de los niños
  3. garantizar que los docentes reciban apoyo y acceso a oportunidades de desarrollo profesional
  4. aumentar la proporción de la educación en la asignación de presupuestos a escala nacional prevista para los paquetes de estímulo

Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO agregó que “con el liderazgo de los gobiernos y el apoyo de la comunidad internacional se puede hacer mucho para que los sistemas sean más equitativos, eficientes y resilientes” y para ello los niños y jóvenes deben ser una “prioridad real”, así como su futuro y el del mundo en general.