Crecimiento mundial se desacelerará hasta 2023

La inflación, la deuda, la desigualdad y la propagación de variantes de COVID-19 han intensificado la incertidumbre

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 .  (Foto: iStock)

La recuperación de las economías emergentes y en desarrollo podría estar en peligro por una pronunciada desaceleración que es consecuencia del aumento de la inflación, la deuda, la desigualdad de ingresos, así como las nuevas amenazas derivadas de las variantes de la COVID-19.

De acuerdo con el último informe “Perspectivas económicas mundiales” del Banco Mundial, se estima que el crecimiento mundial se desacelere del 5,5% al 4,1% en este 2022 y al 3,2% en 2023, según la disminución del nivel de apoyo fiscal y monetario en el mundo.

Al respecto, David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial aseguró que también se ha registrado un “aumento de la desigualdad”, por lo que se “requiere la acción internacional concertada y un conjunto integral de respuestas de política en el nivel nacional”, ya que la desaceleración de las principales economías (Estados Unidos y China) pesará en las economías emergentes y en desarrollo.

En las economías avanzadas se espera que el crecimiento disminuya del 5% al 3,8% en 2022 y al 2,3% en 2023, año en que se recuperarán por completo, mientras que en las emergentes y en desarrollo, se estima que el crecimiento caiga del 6,3% al 4,6% en 2022 y al 4,4% en 2023, manteniéndose por debajo de la tendencia anterior a la pandemia, en contraste con las economías vulnerables, que se ubicarán en un 7,5%, y la de los pequeños Estados insulares será un 8,5% más baja.

En ese sentido, el del Banco Mundial el informe del Banco Mundial destacó que” las futuras iniciativas coordinadas de alivio de la deuda tendrán más dificultades para lograr el éxito”, pero si se aplican al Marco Común del G20, las enseñanzas extraídas se pueden mejorar.

Mari Pangestu, directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial agregó que “las decisiones que tomen los responsables de la formulación de políticas en los próximos años decidirán el curso de la próxima década”, por lo que la “prioridad inmediata debe ser garantizar que las vacunas se distribuyan más amplia y equitativamente”, además hacer una cooperación global que ayude a "ampliar los recursos financieros de las economías en desarrollo" para "lograr un desarrollo verde, resiliente e inclusivo”.

El informe expuso que desde 1970, los momentos de auge de los precios de los productos básicos han sido más marcados que las caídas, lo que significa una oportunidad para “lograr un crecimiento más fuerte y sostenible en los países exportadores de estos productos”, aplicando políticas disciplinadas para sacar provecho de las ganancias inesperadas.

Finalmente, Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial, tras los riesgos ya mencionados, “las economías emergentes y en desarrollo deberán calibrar cuidadosamente sus políticas fiscales y monetarias”, además de emprender reformas que ayuden a “incrementar la inversión y promover el capital humano, revertir la desigualdad de ingresos y de género, y hacer frente a los desafíos del cambio climático”.