En México somos más mujeres que hombres, y aunque de acuerdo con el INEGI, nuestra esperanza de vida es de seis años más, esto podría ser una desventaja, pues no solo somos más propensas a padecer enfermedades, sino también a pagar más por ellas aún si contamos con un medio de protección, ya que en la industria aseguradora existe un cobro adicional, un “impuesto rosa”.
El precio de las pólizas en productos como el seguro de vida y gastos médicos incrementó en la pandemia, pero esto no fue novedad para nosotras, y es que aunque Andrés Millán, CFO de Grupo Peña Verde, indicó que la contingencia impactó en los precios de las primas por el aumento de hasta el 17% en los costos de los servicios hospitalarios generados por el COVID-19, no es secreto que las mujeres siempre hemos pagado un precio más elevado.
Poco antes de la pandemia, en julio de 2019, la Condusef explicó que el impuesto rosa en los seguros existía y partió del supuesto de que las mujeres vivimos más y somos más propensas a padecer más enfermedades, marcando así una diferencia de costos de hasta 7 mil pesos en el pago de pólizas entre hombres y mujeres.
¿Cómo se fijan los precios de las pólizas de seguros?
Pese a que la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) informó que solo dos de cada 10 mujeres cuentan con un seguro de vida, Ricardo Ochoa, presidente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSyF) reconoció en la firma del convenio del Comité Interinstitucional de Igualdad de Género de las Entidades Financieras (CIIGEF), que nosotras pagamos una prima 43 % más cara y tenemos una cobertura inferior en un 11 %, aun cuando solo causamos el 35% del total de los siniestros.
¿Y cómo se calcula el costo de las primas? El precio de las pólizas se obtiene mediante la medición de riesgos, el análisis de estadísticas anteriores de comportamiento y probabilidades, un conjunto de datos que las aseguradoras proyectan a largo plazo y a partir de ello calculan cuánto va a aportar el o la asegurada, tomando en cuenta también la ubicación en la que se encuentran, pero no necesariamente contemplando las necesidades específicas que tienen.
Seguros con perspectiva de género
Andrés Millán reconoció que la pandemia fue la responsable del incremento en los precios de las primas y que las aseguradoras entendieron que necesitan desarrollar, a través de tecnología, nuevos productos que se adecuen a las necesidades de las y los asegurados, el titular de la CNSyF coincidió en la importancia de desarrollar nuevos productos, pero con perspectiva de género, pues, no todo es culpa de la pandemia.
Ricardo Ochoa enfatizó en que las mujeres sí pagan más en las pólizas de seguros simplemente por ser mujeres, por ello, urgió en la necesidad de promover actividades coordinadas de capacitación entre el sector público y privado para fomentar la participación de las mujeres en gobiernos corporativos, de manera que se lancen productos que estén bien dirigidos a nosotras y con precios más justos.
A lo que Oscar Rosado Jiménez, presidente de la CONDUSEF añadió, se requiere de un plan de acción con perspectiva de género que abone a la educación financiera, de manera que se empodere a las mujeres con productos y servicios diseñados a la medida de nuestras necesidades sin el impuesto rosa, y que a su vez, cierren las brechas de género que al parecer siguen existiendo.
