Economía latinoamericana, más vulnerable que nunca: FMI

Cerca del 40% de los países han introducido nuevas medidas, principalmente del lado de los impuestos, con un costo fiscal promedio estimado equivalente al 0.3% del Producto Interno Bruto para este año

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 .  (Foto: iStock)

El conflicto armado entre Ucrania y Rusia está causando fuertes estragos, especialmente en Latinoamérica, donde la inflación debilita cada vez más los ingresos de los que menos tienen, advirtió el Fondo Monetario Internacional. 

Al tiempo, señaló, la pobreza y la desigualdad también siguen siendo preocupaciones clave dado que el aumento de la inflación tiene un impacto desigual en la población. Los grupos más vulnerables de la región están siendo duramente golpeados por el aumento de los precios de los alimentos básicos y la energía, mientras aún luchan por recuperarse del impacto económico de la pandemia.

De hecho, desde que comenzó la guerra, varios países de la región han actuado para contener los efectos del aumento de los precios en los grupos vulnerables, desde reducciones de impuestos y aranceles de importación hasta topes de precios o transferencias sociales.

Cerca del 40% de los países han introducido nuevas medidas, principalmente del lado de los impuestos, con un costo fiscal promedio estimado equivalente al 0.3% del producto interno bruto para este año.

Ante este panorama, indicó, los gobiernos han buscado soluciones entre las que se encuentra el endurecimiento de las políticas monetarias; no obstante, si esta medida continua en Estados Unidos, las finanzas de todo el mundo podrían verse afectadas. 

"Los costos de financiamiento internos y globales más altos pueden acelerar las salidas de capital y representar un desafío para la región, dadas las grandes necesidades de financiamiento público y externo en algunos países y los recursos limitados para financiar la inversión en la región", explicó el FMI. 

Ante este panorama subrayó que para garantizar la cohesión social y reducir el riesgo de disturbios sociales, los gobiernos deben brindar apoyo específico y temporal a los hogares vulnerables y de bajos ingresos, al tiempo que permiten que los precios internos se ajusten a los precios internacionales. Esto ayudaría a los grupos vulnerables y contendría los costos fiscales, al mismo tiempo que incentivaría la producción y restringiría el consumo. En países con redes de seguridad social bien desarrolladas, el acceso podría ampliarse para cubrir temporalmente a grupos más grandes de la población.

Cuando las redes de seguridad no están bien desarrolladas, los gobiernos pueden implementar mecanismos temporales para suavizar el traspaso de los aumentos repentinos de los precios internacionales a los precios nacionales. Si bien esta estrategia protegería a los hogares de la volatilidad de los precios de las materias primas, también puede tener un costo fiscal significativo al distorsionar los incentivos de precios para consumidores y productores, agregó

"Los países que se benefician de mejoras en sus términos de intercambio, una medida de los precios de las exportaciones de un país en relación con sus importaciones, pueden encontrar más fácil financiar estas nuevas medidas. Sin embargo, cualquier espacio fiscal adicional debe usarse con prudencia dados los riesgos inusualmente altos que rodean la recuperación mundial y la evolución de los precios de las materias primas, así como los crecientes costos de financiamiento del gobierno", concluyó.