La pandemia y la falta de financiamiento fueron los motivos principales que en los últimos dos años le impidieron a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) crecer. Sí, esas mismas compañías que generan el 72% de los empleos en México y el 52% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
No obstante, Paulina Aguilar, cofundadora y directora de Mundi en México, resaltó a IDC que pese a la importancia que tiene este sector para el país, cuando una necesita ayuda para crecer, invertir en el negocio, tomar nuevos pedidos u órdenes de compra, seguir creciendo y atraer al mejor talento, “el 60% de las solicitudes que hacen todas las Pymes” a instituciones financieras tradicionales “son rechazadas”.
Lo anterior se convierte en billones de dólares en transacciones pérdidas al año. Si bien, cada compañía tiene problemas particulares, los exigentes requisitos que les imponen las entidades financieras muchas veces parece imposibles de cumplir y si la empresa quiere expandir sus operaciones fuera del país, la tarea resulta casi imposible por la falta de recursos.
De hecho, de acuerdo con Monex, en 2021 las exportaciones cayeron 3.9%, especialmente en el sector de las manufactureras (-3.92%), en primera, por las restricciones y seguido por el aumento en los precios de productos, considerando que las organizaciones pequeñas y medianas no contaban con los recursos para solventar los gastos, “ni los recursos o medios para analizar el riesgo que tienen sus compradores en el extranjero”, agregó la directora de Mundi.
A ello, la cofundadora de la firma en México sumó que muchas veces las Pymes venden a crédito sin saber a quién, o si tiene la solidez financiera para hacerle frente al pago; no obstante, con ánimo reconoció que aunque este problema existe, hay una manera eficaz de solucionarlo, hacerle frente a la crisis, expandir los negocios en el extranjero y a su vez, reactivar la economía del país.
Factoraje como alternativa
La experta señaló que el factorajes la solución, y, ¿qué es? Si bien, no se trata de un financiamiento, si es una “transacción comercial de compra venta de cuentas por cobrar para que las empresas puedan contar con sus propios recursos de manera adelantada sin tener que contar con los plazos de crédito que les piden sus compradores”.
Darles este adelanto de sus propios recursos permite que las Pymes exportadoras no se endeuden y puedan contar con su propio capital de trabajo, invertir en su empresa, crecer, tomar nuevos clientes y nuevas órdenes de compra para “tener una planeación financiera más sana”.
Solicitar este tipo de servicio es más rápido y entre sus ventajas están que se puede obtener un adelanto de hasta el 90% de las facturas, planear sus gastos de acuerdo a los recursos que tienen y se les piden requisitos mínimos para solicitarlo, por ejemplo, el gobierno de México indica en su página web los siguientes requisitos:
1. ser exportador legalmente constituido en el país
2. tener al menos tres exportaciones directas al año o una anual en los últimos tres años
3. tener buen historial crediticio
4. no estar en estado técnico de disolución
Paulina Aguilar puntualizó a que este tipo de servicio impulsa a las Pymes a crecer, sobre todo ahora que las exportaciones ya están a niveles prepandemia, pues de acuerdo con el INEGI, en febrero de este año alcanzaron un valor de 46,246 millones de pesos, 27.8% más que en el mismo mes del año anterior, y se espera, el sector siga creciendo.
Al respecto, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) detalló que el comercio electrónico transfronterizo representará el 22% del comercio global online en los próximos cinco años, lo que significa que las operaciones en el extranjero seguirán creciendo y poco a poco el sector Pyme comenzará a recuperarse, generar más empleos y en consecuencia, ayudar en la reactivación económica del país.