Ingresos del gobierno, ¿frágiles?

La recaudación tributaria, está relacionada cercanamente al crecimiento de la economía y se anticipa una nueva desaceleración

.
 .  (Foto: iStock)

En los primeros seis meses del año las finanzas públicas siguieron efectivamente bajo estabilidad en lo general. No obstante, en la evolución de sus componentes se percibe fragilidad en la sostenibilidad de las fuentes de ingresos públicos y deficiencias en la asignación del gasto público, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP). 

A detalle, de enero-junio los ingresos totales del sector público sumaron 3,305 mil millones de pesos (mmp), cifra 4.9% mayor en términos reales a lo observado en igual lapso del año pasado, además de ser también más alta que lo programado.

Las principales fuentes de estos recursos fueron los ingresos petroleros, que crecieron 29.4% y la recaudación del impuesto sobre la renta que se incrementó 16.1%.

Al respecto, el CEESP indicó que los resultados reflejan el gran beneficio del elevado precio internacional del barril de petróleo, que en el primer semestre fue 33 dólares superior a un año antes. Tan solo en el segundo trimestre, la diferencia fue de 41 dólares más que en igual periodo de 2021.

"Sin embargo, es importante considerar que estas dos fuentes dependen de variables que podrían debilitarse y generar presiones en las finanzas públicas", puntualizó

Por otro lado, señaló que la recaudación tributaria, y en especial la del ISR, está relacionada cercanamente al crecimiento de la economía. Si bien la estimación del crecimiento del PIB al primer semestre fue favorable, se anticipa una nueva desaceleración en el futuro previsible.

En cuanto a los precios del petróleo, éstos se mantienen significativamente por arriba de lo previsto, se observa una tendencia a la baja desde el último registro por arriba de los 100 dólares por barril reportado el pasado 4 de julio, de tal manera que hasta el 4 de agosto ha disminuido en 18.62 dólares. 

Una caída en el precio del crudo también sería una presión sobre las finanzas públicas. No obstante, hay que considerar que, primero, es probable que la reducción no sea muy pronunciada. Segundo, es razonable anticipar que en su caso las disminuciones del precio del petróleo se compensen con menores subsidios a los combustibles.

Por su parte, el monto de los egresos del erario se mantiene bajo control: en la primera mitad del año ascendieron a 3,509 mmp, cifra que superó en 2.1% real el gasto del mismo lapso del año pasado, principalmente debido a un aumento pronunciado en las participaciones federales. 

El gasto programable del sector público (que excluye participaciones y servicio de la deuda) fue mayor al del primer semestre de 2021 sólo en 0.5%. No obstante, hay que subrayar que el gasto público no es y no ha sido tan austero como lo sostiene el discurso oficial.

El gasto total fue históricamente el más elevado para un primer semestre, tanto en términos nominales como reales y el gasto programable el segundo más alto. Pero las prioridades gubernamentales parecen más determinadas por objetivos estrictamente político-electorales que por las necesidades más apremiantes para el bienestar sostenible de la sociedad. 

El gasto del ramo Turismo creció 260% anual, el de Bienestar 23.7% y el de Trabajo 29.2%. Ello se explica por los crecientes recursos destinados a los programas sociales-asistenciales del gobierno federal que carecen de incentivos para romper el círculo de la pobreza y al Tren Maya. Este proyecto, al igual que otras inversiones emblemáticas del régimen como el AIFA y la refinería de Dos Bocas, carecen de estudios o pruebas de beneficio neto social.

Por el contrario, en el primer semestre el gasto del ramo educación disminuyó 17.9%, y el de salud 6.4%. Aun cuando el ramo de seguridad pública erogó recursos superiores respecto al año anterior (8.9%), su gasto está 30% por debajo del correspondiente al mismo lapso de 2019. 

"En resumen, las finanzas públicas son adecuadas en lo agregado, pero su salud y sostenibilidad están sujetas a riesgos a la baja que podrían materializarse en el cierre del año o en el presupuesto de 2023. Además, la asignación del gasto podría ser más compatible con las necesidades más apremiantes y con la posibilidad de un crecimiento sostenible de la economía", concluyó.