La inflación, desde inicios de 2022 es el dolor de cabeza de la economía y no solo de la mexicana, a nivel global persiste como un fenómeno que amenaza a todos los países; no obstante, en nuestro país, durante julio sufrió su mayor expansión al alcanzar 8.15% que se tradujo en un aumento de precios de 8.96%.
A detalle, el informe del Inegi mostró que, nuevamente, el aumento en los precios se dio de manera generalizada; sin embargo, los precios de las mercancías continúan como la mayor presión para los bolsillos de los mexicanos.
El índice subyacente, que elimina de su precio los productos y servicios con precios más volátiles, mostró una tasa de 7.65% anual.
Lo anterior se debió a que las mercancías vieron un incremento en su precio de 10.07%, explicado principalmente por un aumento de 12.07% del rubro de los alimentos, bebidas y tabaco.
En el caso de la inflación no subyacente, esta se ubicó a una tasa anual de 9.65 por ciento. Dentro de este índice, los productos agropecuarios se encarecieron en 16.05%, mientras que los energéticos y tarifas de gobierno en 4.76%
Monex indicó que el deterioro del panorama global impacta en la inflación, por lo que el reporte inflacionario de julio ofrece resultados mixtos, pues, por un lado, los energéticos han contenido su avance ante bajas sustanciales en los precios de las referencias internacionales, pero en contraparte, el resto de la canasta de productos se mantiene presionado y, de hecho, los movimientos en las mercancías alimentarias y en otros servicios son de los más abultados en el registro.
De esta manera, el panorama sigue favoreciendo la postura hawkish de Banxico, pues la inflación interanual alcanza un nuevo máximo en el actual ciclo y el panorama es incierto, lo que añade vulnerabilidad a las expectativas.
Es decir, se espera que en unos días, Banco de México (Banxico) continúe con el endurecimiento de su política monetaria y un incremento en su tasa de 75 puntos base.