¿Por qué debe importarnos el maltrato animal?

De las 84.4 millones de personas representadas por la ENBIARE 2021, 73.4% cohabita con un gato, perro o ave.

El titulo describe la tragedia e incluye a todos los animales que tienen contacto con el ser (in) humano. El bienestar animal es un termómetro de quiénes somos como sociedad y hasta ahora, nos retratamos como una sociedad heterogénea contrastada por quiénes ven en la vida animal algo utilitario y desechable. Más una minoría que creemos en el respeto a los animales como seres sintientes y con derechos.

Aunque todo el reino animal sufre con la presencia humana y pérdida de su hábitat natural, voy a referirme principalmente a dos especies consideradas como animales de compañía: perros y gatos.

Este tema es una mecha que enciende corazones y provoca likes, donaciones entre desconocidos, diferencias entre rescatistas y la odiosa presencia de abusadores que se hacen pasar por refugio o rescatista independiente. Y esto solamente en las redes sociales, como twitter.

En México estamos acostumbrados a ver perros en la calle, se volvió parte de lo cotidiano que anden sucios y hambrientos porque son de nadie. Igual que los gatos que con sus propios hábitos ahí están, expuestos a peligros. A finales del año pasado el INEGI nos dio una estadística fundamental para dimensionar el tamaño de este drama y la necesidad de cambiar el paradigma de la relación persona-animal.

Se trata de la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado, ENBIARE 2021 que representa una población total de 84.4 millones de mexicanos y mexicanas. 

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 .  (Foto: IDC)

Donde los estratos por edad nos indican que es importante generar un cambio de cultura y reeducar al menos a 3 generaciones: abuelos, padres e hijos. 

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 .  (Foto: IDC)

De las 84.4 millones de personas representadas por la ENBIARE 2021, 73.4% cohabita con un gato, perro o ave. Hay 25 millones de hogares mexicanos con mascotas, de las cuales 43.8 millones son perros, 16.2 millones son gatos y 20 millones aves.  

Con estas cifras de convivencia entre personas y animales de compañía ¿Cómo es posible que seamos un país señalado por su alta tasa de maltrato animal? El número 1 en América Latina y el 3° a nivel mundial.

Necesitamos educarnos para transformar esta cultura de muerte y crueldad hacia los animales. Mayor conciencia de que ser indiferente a los perros y gatos en la calle te vuelve parte del problema, parte de esos destinos de muerte.

Nelly Glatt es una psicoterapeuta que se ha vuelto un referente sobre la relación entre maltrato animal y violencia social luego de publicar en El Universal a finales de enero del 2009 un artículo que tituló “La antesala de la violencia social”, mismo que se ha retomado y citado en otras publicaciones sobre el tema.

La doctora Glatt afirma que “en las familias en las que hay violencia, ésta es más frecuentemente dirigida hacia los más débiles, lo que incluye ancianos, mujeres, niños y animales de compañía. El maltrato hacia los animales es tolerado por aquellos que lo observan; se minimizan sus causas y sus efectos, y los padres, maestros y comunidades que no dan importancia al abuso animal en realidad incuban una bomba de tiempo”.

Voy a tomar otro párrafo de su valioso artículo: “Una persona que abusa de un animal no siente empatía hacia otros seres vivos y tiene mayor riesgo de generar violencia hacia otras personas. La Asociación Siquiátrica Americana lo considera como uno de los diagnósticos para determinar desórdenes de conducta. Si un niño nos habla sobre el maltrato a su animal de compañía, podría estar hablándonos también de su propio sufrimiento”.

Para esta especialista la solución está en esfuerzos integrados para prevenir el maltrato a los animales, educación y valores, entre padres, profesores, veterinarios, pediatras y asociaciones de protección animal.

Si tomamos más conciencia como personas, como ciudadanos, podremos demandar a las autoridades municipales, estatales y federales ¡qué hagan su trabajo! Por ejemplo, un problema que los rescatistas han detectado en las campañas locales de esterilización es que las cirugías son realizadas por personas que no son veterinarias.

Anima Naturalis es una organización sin fines de lucro que publicó en octubre del año 2021 un primer “Reporte sobre el Maltrato Animal en México”. El autor Arturo Berlanga, nos resume resultados generales a nivel nacional donde se integran resultados de los 32 Estados y datos de 131 instituciones de gobierno gracias a la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

Este reporte tiene un enfoque distinto a los tradicionales que centran el maltrato animal en el ejercido por las personas, esta organización denuncia el fracaso de un sistema institucional donde a pesar de tener derechos y estar protegidos por leyes, códigos y reglamentos hay una omisión sistemática y cuentas que no se rinden a nadie.

“A nivel federal todo lo relacionado a la cría, entrenamiento, transporte, promoción, anuncio, organización, compra-venta o se preste o rente un espacio para realizar peleas de perros son hechos constitutivos de delito con base al Código Penal Federal, siendo la Fiscalía General de la República (FGR) competente para conocer de estos hechos. La dependencia informó que entre el 2019 y 2020 no recibió ninguna denuncia por este delito ni abrió ninguna carpeta de investigación en el país”.

Entre las fiscalías estatales el resultado no es mejor: “entre el 2019 y 2020 las Fiscalías de los Estados reportaron que recibieron 2490 denuncias por maltrato animal, sin embargo en cuanto al número de carpetas de investigación fueron 2511, ya que algunas fiscalías solo ingresan el registro en sus bases de datos a partir de que se abre una carpeta para investigar el hecho delictivo, sin embargo, con los datos que presentaron solo hubo 155 agresores que fueron puestos a disposición ante las fiscalías, esto es el 0.06% en relación al número de carpetas de investigación que fueron abiertas”.

“Los resultados de los casos llevados a juicio son aún mucho más bajos, pues en el mismo periodo solo se iniciaron 195 casos judicialmente, de los cuales 101 agresores fueron vinculados a proceso y decepcionantemente solo se dictaron 18 sentencias por este delito en dos años, aunque solo 14 agresores tuvieron como pena la privación de su libertad en todo el país. La suma de todas las sanciones económicas impuestas no rebasaron los 130 mil pesos, por lo que el índice de castigo a este delito es menor al 0.01% en todo el país”.

Estos resultados contrastan con la estimación de que anualmente mueren 60 mil animales por actos violentos, me autocorrijo, animales que son asesinados de manera violenta e impune.

Otro dato impactante que nos proporciona el reporte de Anima Naturalis, es que desde el 2016 solamente cinco Estados han capacitado en el tema de maltrato animal a sus ministerios públicos, personal de investigación y administrativo.

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 .  (Foto: IDC)

Finalmente, voy a compartirles mi experiencia como rescatista y voluntaria en el tema de maltrato felino. En principio, me es muy difícil ignorar la mirada de un animal, el que sea. Por un par de ojos tristes y apagados conocí a Xochitl Cruz de Gatos en adopción, a través de su cuenta de twitter @gatos_en justo cuando estaba desesperada por encontrar hogares temporales para gatitos bebés negros y blancos que se habían identificado en un mercado de las afueras de Pachuca, en Hidalgo, con las peores condiciones de higiene, dentro de jaulas para gallinas y vendiéndose para ser sacrificados en rituales. Era septiembre de 2020 y se acercaba el ¡Halloween!

Cada día de muertos se hacen campañas en redes sociales para no dar en adopción gatos o perros negros ni blancos porque hay quienes los buscan para matarlos. El horror, cuando vi las fotos de esos gatitos de no más de 2 meses y su expresión triste, sin esperanza. Contacté a Xochitl y le dije que tenía espacio para recibir un par. Sólo dos me dije. Pero después llegaron otro dos y no me pude negar, luego 3 blancos cuya mamá gata había sido envenenada dejándolos de casi un mes. Y así siguieron llegando gatitos bebés con historias de mamás muertas hasta llegar a 23 gatos en 12 meses. Se quedaban 2 o 3 meses y los entregaba preciosos, sanos y con sus protocolos veterinarios completos. Todos fueron adoptados gracias a @gatos_en y sus 9 mil seguidores.

En el 2020 aumentaron las adopciones, cierto, pero también el abandono. Entonces ese año una rescatista independiente me contacto a través de una joven veterinaria especializada en cuidado de neonatos, que desde twitter me había ayudado anteriormente con 3 gatitos neonatos que tiraron a la calle dentro de una bolsa de basura. @ThalizTH me refirió para recibir a una gatita de escasos 2 meses que fue abandonada en la calle dentro de una caja que sellaron con cinta canela. Esta gatita tuvo una conexión especial conmigo y con todos en la casa, así que no dudamos en integrarla a la familia.

En este mundo de ayuda a los animales, encontré refugios desorganizados y muchos con permanentes problemas financieros. Todos saturados de gatos y/o perros. Aprendí que costear 200 gatos por un año cuesta en promedio $400 mil pesos. Conocí personas de un corazón enorme como @LordGatus defensor de gatitos que ayuda a los extraviados o adoptables, muy efectivo en compañía de sus 8 mil seguidores y a Arii Benitez que rescata y cuida gatos de manera honesta, comprometida y difunde su labor a través de su cuenta @MeowWorkshop donde tiene casi 3 mil seguidores.

Pero no todo es armonía, los veterinarios no quieren a los rescatistas porque dicen que no quieren pagarles sus servicios. Y los rescatistas siempre buscan veterinarios que cobren barato para llevar a sus múltiples gatos o perros. Y cuando en una veterinaria se muere por mal procedimiento o diagnóstico una mascota, los rescatistas corren la voz de alerta como pólvora.

Entre rescatistas también hay conflictos, se acusan de abusar de los padrinos que apoyan con dinero las necesidades médicas de los gatos o perros y de usar a los animales para obtener dinero y luego de un tiempo matarlos. Luego están quienes se dicen rescatistas pero tratan de cobran como pensión veterinaria, sin regulación sanitaria, supervisión de autoridades o particulares y sin estar dados de alta en el SAT. Así me encontré a una chava, en twitter, que cobra mil pesos por poner una trampa 2 horas solamente. Saben que la última trampa que puse estuvo 8 horas de la noche lista para el momento que cayera el gato que rondaba ese parque. Y por pensionar un gato o perro trata de cobrar entre 60 y 100 pesos diarios, sin que se le pueda visitar para verificar las condiciones de espacio, higiene y alimentación. Peligro a la vista.

Para las adopciones es un problema el desconocimiento que hay respecto al resguardo de los datos personales de los adoptantes. Solicitan comprobante de domicilio, identificación personal, fotografías de la casa o departamento y muchos no tienen idea de que es un aviso de privacidad. Esto desalienta justificadamente a adoptantes buenos que desconfían de dar sus datos privados a desconocidos.

Para terminar este recorrido, me encontré con personas que piensan que rescatan cuando en realidad acumulan gatos y perros. No se dan cuenta de que han dejado de pensar en el bienestar de los animales y siguen recogiéndolos de la calle para encerrarlos en sus domicilios. Así conocí a una mujer que vive en Tláhuac y siempre tenía un olor desagradable y muy fuerte. Después supe que ese olor es por la concentración de orines y heces que hay en los domicilios de los acumuladores.

No lo saben. Pero tienen el “Síndrome de Noé” un trastorno psiquiátrico que les hace acumular gatos y perros a un punto que deja de importarles el bienestar de las mascotas. Esa mujer de Tláhuac no tenía dinero ni para el gas de su casa pero decía tener unos 40 gatos y 15 perros, los gatos infectados con calicivirus felino.

Se dan cuenta que el dinero es escaso para la cantidad de perros y gatos sin dueño. Por eso un día ocurrió algo mágico y especial en twitter: Ricardo Salinas Pliego se interesó en el tema del bienestar de gatos y perros.

@RicardoSalinas con su millón de seguidores puso el dedo en el tema de las mascotas abandonadas y maltratadas. Comenzó apoyando a una fundación que dijo estar a punto de cerrar por falta de dinero, luego anunció que él iba a meterse en el tema con su propia fundación.

Yo sigo aplaudiendo que alguien con su capacidad empresarial vea ese mundo de olvidados, con gente buena haciendo su mejor esfuerzo pero rebasados por la cantidad de gatos y perros en desamparo, por la falta de dinero y por la ausencia de mecanismos institucionales para defender y cuidar a los perros y gatos. Hágalo bien Don Ricardo, por favor.