Dada la coyuntura y las condiciones por las que atraviesa la economía global, “lo peor está por venir”, indicó el economista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), en la el estudio “Perspectivas Económicas Mundiales”.
Al respecto, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) recopiló los riesgos más importantes:
la guerra entre Rusia y Ucrania, que continúa desestabilizando la economía global por la crisis geopolítica y porque ha propiciado un aumento importante de los precios de insumos y productos de las cadenas agroalimentarias en el mercado mundial, afectando principalmente a los hogares de bajos ingresos en todo el mundo, sobre todo en los países de bajos ingresos
el conflicto bélico también ha causado una grave crisis energética en Europa que ha elevado significativamente el costo de vida y genera fuertes obstáculos a la actividad económica en la región
la inflación, que se mantiene en sus niveles más altos y existe la preocupación de que nuevos repuntes en los precios de energía y alimentos eleven drásticamente el costo de vida de la población mundial y generen mayor incertidumbre
el “endurecimiento” de la política monetaria, que se presenta como respuesta necesaria a las presiones inflacionarias, y que eleva las tasas de interés y el costo de la deuda para empresas, familias y gobiernos. La consecuencia es un enfriamiento de la demanda y las economías de los países
el endurecimiento o ajuste de las condiciones financieras se ha presentado en EEUU antes que en la Unión Europea, el Reino Unido y otras economías avanzadas, lo que ha resultado en una apreciación significativa del dólar estadounidense
la persistencia de la pandemia de COVID-19, que en China particularmente llevó de nuevo a cierres temporales debilitando la demanda local. Las afectaciones han sido originalmente internas, pero se extienden al resto del mundo debido a la importancia del tamaño de esa economía
la posibilidad de problemas relacionados con el sector inmobiliario en China, que podría sumarse a los cierres sanitarios y detener aún más el crecimiento de ese país
Por lo anterior, el FMI recomendó que la política monetaria siga contrayendo la liquidez y aumentando las tasas de interés, en tanto que la fiscal debe ser congruente con ello, es decir, de contracción y canalizada a proteger a la población más vulnerable mediante transferencias transitorias.
“Hasta hace poco, la política fiscal en la mayoría de los países había sido expansiva, vía mayor gasto público principalmente, a fin de estimular las economías durante y después de la crisis de COVID. Hoy día, debe ser más bien restrictiva a fin de atacar el brote inflacionario”, reiteró el CEESP.
Asimismo, señaló que hay que aprovechar rápidamente estas oportunidades. Para ello, habría que adoptar diversas políticas específicas, además de una actitud oficial de bienvenida a la inversión privada nacional y extranjera. Por lo pronto y como ejemplos, se podría:
con la colaboración del sector privado, organizar y distribuir información acerca de oportunidades de ocupar espacios de actividad en los EEUU que abandona China y otros
buscar y dar a conocer oportunidades para sustituir importaciones con la información de la “cinta de aduanas”
a fin de tomar otra recomendación del WEO, adoptar políticas de cambio estructural para alentar la productividad