Aun cuando el discurso oficial afirma continuamente que la responsabilidad y salud de las finanzas públicas es robusta, es pertinente subrayar el riesgo inminente de que, con la aprobación del paquete económico -de la LIF y el PEF- las finanzas públicas se encaminan hacia la insostenibilidad, aseguró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
El organismo aseguró que pese al argumento de que finanzas públicas parecen saludables, desde un punto de vista dinámico, algunas señales contrastan con ese dicho:
- la debilidad de las fuentes de ingreso fiscal recurrentes a futuro,
- el cada vez mayor costo del servicio de la deuda pública (que en 2023 ocupará el 13% del gasto total y superará en casi tres veces los recursos destinados a la secretaría del bienestar, que es la entidad gubernamental que mayores recursos recibe (415 miles de millones de pesos),
- la rigidez que en los hechos adquieren los programas de transferencias directas a la población sin condiciones, y
- el elevado ritmo del endeudamiento público.
Respecto a esto último, cabe subrayar que el comportamiento de la deuda pública es, final e inexorablemente, la conclusión de la evolución de las finanzas públicas.
De acuerdo con las cifras oficiales del presupuesto, se anticipa que la deuda pública aumentará en 1.3 billones de pesos en el 2023 y su saldo alcanzará 15.5 billones al final de ese año. Y será 47% mayor a la de 2018.
“No sólo es falso que no ha habido endeudamiento, sino que no se puede sostener que este es muy significativo”, recalcó el organismo.