Las posibilidades de que en 2023 nuestro país enfrente una contracción económica son muy altas, por ello, la mejor manera de enfrentar una eventual recesión es elaborando una buena planeación financiera personal y familiar en la que la principal tarea sea ajustarnos a un presupuesto básico para satisfacer las necesidades esenciales, sin arriesgar el patrimonio ni recurrir a deudas impagables, aseguró el profesor-investigador de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, Norman Wolf del Valle.
El especialista en finanzas personales consideró que aún estamos a tiempo para planear nuestro presupuesto del próximo año, pues incluso cuando la mayoría de las familias cuenta con ingresos adicionales y un mayor flujo de dinero por los aguinaldos o las cajas de ahorros, lo recomendable es ser prudentes y abrir un espacio para planificar detenidamente nuestros gastos, antes de que se desborden los deseos de las compras compulsivas.
Destacó que las expectativas económicas no son alentadoras y se anticipan escenarios muy complicados en cuanto a las tasas de crecimiento, desempleo, inflación y aumento en tasas de interés, por lo que una buena planeación financiera resulta de gran relevancia, principalmente para calendarizar los pagos de impuestos, servicios, tenencias, colegiaturas o viajes y se evite al máximo el uso de las tarjetas de crédito, cuyas tasas de interés están elevadísimas.
De igual forma, subrayó, es momento para revisar y eliminar de nuestro presupuesto todos aquellos gastos y servicios innecesarios que durante el año vamos realizando y que al final terminan siendo una fuga considerable de dinero, como la contratación de aplicaciones para nuestros dispositivos móviles o el pago de hasta tres o cuatro plataformas digitales que muchas veces ni siquiera utilizamos.
“Por querer ver una película o una serie contratamos dos o tres plataformas y lo más seguro es que no las utilicemos diario o no las volvamos a ver en todo el año, y ahí hay una fuga importante de recursos. No está mal que queramos disfrutar y tener momentos de esparcimiento, pero lo mejor es poder planearlo y cuantificarlo.”
Por otro lado advirtió que en México la cultura del ahorro es casi nula, de acuerdo con datos del Inegi, 40% de la población de entre 18 y 70 años de edad no cuenta con ningún ahorro y 54% de las personas que lo tiene es a través de canales o mecanismos informales, como las tandas o los esquemas Ponzi, que son una forma de estafa piramidal; supuestamente pagan altas utilidades, pero terminan siendo un fraude y la gente no únicamente no ahorra, sino que además pone en riesgo su patrimonio familiar.
En ese sentido, comentó que una buena opción para quienes quieran empezar a invertir está en los Certificados de la Tesorería de la Federación (CETES), que emite el gobierno federal; son instrumentos seguros de menor riesgo y se pueden adquirir directamente, sin intermediarios, mediante una plataforma vía internet muy amigable, utilizando una tarjeta de débito y se puede hacer desde cien pesos, sin ninguna restricción.
Precisó que hay otras opciones como los bonos corporativos, que ofrecen mayores rendimientos, aunque también son instrumentos con mayor volatilidad y de mayor riesgo. Pero lo más importante, es que el mecanismo que se elija, se encuentre regulado por el sistema financiero mexicano.