Bajar o no las tasas de interés

Las esperanzas de desinflación han ido acompañadas de expectativas crecientes de que los bancos centrales dejarán de endurecer la política

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 .  (Foto: iStock)

Luego de que los bancos centrales trataran de contrarrestar la inflación con el aumento de las tasas de interés, ahora se enfrentan a un nuevo reto: los mercados están optimistas por la caída de los precios de la energía y hay mucha tentación de bajar las tasas. 

No obstante, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), si bien la inflación general ha disminuido y la inflación subyacente ha retrocedido levemente en algunos países, ambas siguen siendo demasiado altas. Por lo tanto, los bancos centrales deben mostrarse decididos en su ;y asegurarse de que la política se mantenga lo suficientemente restrictiva como para que la inflación vuelva al objetivo de manera duradera.

Destacó que los signos de progreso en la reducción de las presiones inflacionarias en medio de la solidez continua de los mercados laborales han ofrecido razones para creer que las autoridades pueden haber logrado controlar la inflación con poco costo para el crecimiento económico, lo que se conoce como aterrizaje suave.

Al tiempo refirió que las esperanzas de desinflación han ido acompañadas de expectativas crecientes de que los bancos centrales pronto no solo dejarán de endurecer la política, sino que también reducirán las tasas con bastante rapidez. En muchas economías, esto ha llevado a que los rendimientos de la deuda pública a largo plazo caigan por debajo de los vencimientos a corto plazo. Históricamente, tal inversión de la curva de rendimiento suele preceder a las recesiones.  De hecho, las evaluaciones de los analistas apuntan a un riesgo significativo de recesión en muchas economías, pero la expectativa es que las recesiones, en caso de que ocurran, serán leves.


En ese sentido planteó tres razones por las que se necesita un enfoque de este tipo para garantizar la estabilidad de precios: 

  • la historia muestra que la alta inflación a menudo es persistente, y posiblemente puede aumentar aún más, sin medidas de política monetaria enérgicas y decisivas para reducirla
  • si bien la inflación de los bienes se ha reducido, parece poco probable que suceda lo mismo con los servicios sin un enfriamiento significativo del mercado laboral. De manera crucial, los bancos centrales deben evitar malinterpretar las fuertes caídas en los precios de los bienes y la relajación de la política antes de que la inflación de los servicios y los salarios, que se ajustan más lentamente, también se hayan moderado notablemente
  • la experiencia sugiere que los períodos prolongados de rápidos aumentos de precios hacen que las expectativas de inflación sean más susceptibles de desanclarse a medida que dicha mentalidad inflacionaria se arraiga más en el comportamiento de los hogares y las empresas.
"Sin duda, este es un período inusual en el que muchos factores especiales están afectando la inflación, y es posible que la inflación baje más rápido de lo que prevén los formuladores de políticas. Sin embargo, una relajación prematura podría generar el riesgo de un fuerte resurgimiento de la inflación una vez que la actividad se recupere, dejando a los países susceptibles a nuevos shocks que podrían desanclar las expectativas de inflación. Por lo tanto, es fundamental que las autoridades se mantengan resueltas y se concentren en llevar la inflación de regreso a la meta sin demora", concluyó.