La población que pertenece a la primera infancia (de 0 a 5 años), la edad escolar (de 6 a 14 años) y la juventud (de 15 a 24 años) podría perder hasta el 25% de sus ingresos cuando sean adultos, esto como consecuencia de la crisis educativa y déficit cognitivo provocado por la pandemia, señaló un informe del Banco Mundial.
Desde 2021 los ingresos de los jóvenes ya tuvieron afectaciones, ya que de acuerdo con el documento “Colapso y recuperación: Cómo la COVID-19 erosionó el capital humano y qué hacer al respecto” del organismo multinacional, estos se contrajeron 12% y quienes tienen menor nivel de educación, tendrán 13% menos ingresos en sus primeros 10 años en el mercado laboral.
Asimismo, el informe destacó que en América Latina y el Caribe, los menores en edad escolar perdieron 1.7 años por el cierre de escuelas y en la región también hubo “una fuerte caída del empleo juvenil”; tan solo en México la tasa fue de 7%.
Por si esto fuera poco, hay países que incluso después de la reapertura de escuelas, la matriculación preescolar no se había recuperado para fines de 2021 y se estima, 70% de los menores de 10 años no puede comprender un texto básico.
Por lo anterior, el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass, señaló que “los países deben trazar un nuevo rumbo para aumentar las inversiones en capital humano”, así como sentar bases sólidas para un crecimiento más rápido e inclusivo” mediante políticas específicas que reviertan las pérdidas de aprendizaje, salud y habilidades básicas.
A corto plazo, el Banco Mundial propuso que en el caso de los niños pequeños, los países deben apoyar campañas específicas de vacunación y suplementos nutricionales; aumentar el acceso a la educación preescolar, y ampliar la cobertura de las transferencias monetarias para familias vulnerables, para los de edad escolar, los gobiernos deben mantener escuelas abiertas y aumentar la horas, evaluar el aprendizaje y simplificar el plan de estudios.
En cuanto a los jóvenes, el apoyo debe ir entorno a la capacitación, intermediación laboral, los programas de emprendedores y las nuevas iniciativas orientadas a la fuerza de trabajo; mientras que, a largo plazo, los países deben crear sistemas de salud, educación y protección social ágiles, resilientes y adaptativos preparados para cualquier crisis.
Finalmente, el economista en jefe de Desarrollo Humano del Banco Mundial, Norbert Schady, agregó que las personas menores de 25 años conformarán más del 90% de la fuerza laboral en plena edad productiva en 2050, pero serán las “más afectadas por la erosión del capital humano”, de ahí la intención de que los gobiernos prioricen este punto.