Hacer un donativo o ser filántropo, ¿te apoya el SAT?

En México la actual regulación fiscal está afectando y restringiendo más al sector de las donatarias autorizadas

Este año viene con la consigna de que tengamos precaución respecto a deudas y gastos, aunque como país hemos arrastrado una desaceleración económica desde el año 2018, para este 2023 el Fondo Monetario Internacional estimó que tendremos en México un crecimiento económico del 1.7%, medio punto porcentual arriba del primer escenario de crecimiento que difundió en octubre del año pasado. Y aún ajustada la expectativa al alza, continúa la diferencia respecto a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que prevé un crecimiento del PIB de 2.4%. El optimismo oficial.

El crecimiento que resulte acertado no nos quita esa neblina de incertidumbre respecto al empleo, tasas de interés e inflación al alza. Entonces, como sociedad con marcadas desigualdades, ¿quién va a apoyar a las organizaciones de la sociedad civil que atienden sectores vulnerables? ¿Podemos, ciudadanos y empresas, pedir un trato especial como incentivo para apoyar económicamente a esas asociaciones, fundaciones o activistas?

Si este sexenio es un tiempo perdido para crecer económicamente como país, qué pasará con todas las áreas de la vida nacional que requieren del apoyo de terceros organizados libremente y sin fines políticos para continuar ayudando sin fines de lucro al medio ambiente, animales, niñez en tratamientos por cáncer u otras enfermedades que son costosas en cirugías y recuperación o víctimas de violencia, entre otras causas que justifican ser listadas. 

¿Por qué las personas físicas tienen tan restringido el incentivo fiscal para realizar donativos? Si ya tengo el compromiso de apoyar una causa, ¿después de cuántos donativos soy un filántropo?, o ¿Cuándo una empresa es socialmente responsable? es decir, ¿cualquier acción de una marca merece ese reconocimiento?

El cronista y escritor Carlos Monsiváis es conocido por su enorme obra y su innegable presencia todavía palpable en la Ciudad de México, pero pocos saben que al final de su vida fue un filántropo para muchos gatos que estaban en situación de calle en Taxqueña. Gracias a Claudia Vázquez Lozano constituyó, junto con Claudia, la primera asociación civil de la CDMX a favor de los gatos ferales y abandonados en el año 2009, “Gatos Olvidados, A.C”.   

Monsiváis murió en el año 2010 y es gracias a la también escritora Claudia Vázquez que la asociación sigue en pie, con dificultades económicas pero sin vacilar para dar albergue y cuidados veterinarios a decenas de gatos. 

¿Cómo habría sido la sobrevivencia de tantos gatos olvidados si Claudia y Monsiváis no se hubieran constituido como asociación civil? Estarían muertos, recuerden que un gato en situación de calle tiene una dura vida promedio de dos o tres años. Por cierto, es muy conocido Monsiváis por los gatos con quienes vivía, 13 en total. Pero ninguno de sus gatos está en su asociación civil. El destino de esos compañeros del escritor quedó en manos de un familiar. Tampoco sus gatos fueron responsables del problema de salud, fibrosis pulmonar, que le quitó la vida a sus 72 años, y los médicos observaron un mayor riesgo en el polvo acumulado entre los 20 mil libros que tenía en su domicilio.

A muchas organizaciones y asociaciones activas les beneficiaría que las personas físicas pudieran hacerles donativos deducibles de sus impuestos. El Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, presentó una Nota Informativa en agosto del año 2022, con datos de la propia SHCP, reportando un total de contribuyentes que tributan el Impuesto Sobre la Renta, ISR, de 4 millones 464 mil 641 personas, de las cuales 54.1% son personas físicas.

Permitir que las personas físicas realicen donativos deducibles sería un incentivo real para generar una cultura de retribución y apoyo hacia el tercer sector de la sociedad civil organizada, que además tiene un valor económico dentro del Producto Interno Bruto nacional, en el artículo sobre “OSC ante el naufragio”, publicado en IDC en marzo del 2022, mencionó que se acuerdo a datos del INEGI sobre las Instituciones Sin Fines de Lucro, ISFL, la aportación es del 3% del PIB nacional.

Para las empresas, personas morales, los donativos son más viables y pueden ser parte de su planeación financiera y fiscal. La Universidad Anáhuac tiene varios programas sobre Responsabilidad Social, y en su blog temático destaca que la Empresa Socialmente Responsable, ESR, se distingue de otras porque trabaja guiada por principios y valores, además que entre sus metas anuales incluye de manera constante el apoyo a necesidades sociales, económicas y ambientales.

Ser una ESR es un distintivo que cada año otorga el Centro Mexicano para la Filantropía, CEMEFI, y la Alianza por la Responsabilidad Social Empresarial a las personas morales que tienen un equilibrio sustentable constante en sus programas y líneas de apoyo desde la responsabilidad social.

Así una empresa que no tiene un plan de trabajo constante y con metas de impacto, pues no es considerada como ESR, aunque es libre de utilizar las ventajas fiscales a las que tiene derecho al otorgar un donativo a una donataria autorizada. 

Pero hablar de causas, filántropos, donaciones y demás, exige ponerle rostro y nombre a las respuestas y experiencias, como la de Claudia Vázquez y Carlos Monsiváis. Por ello, busqué a una abogada que tuviera experiencia tratando con los problemas de las organizaciones de la sociedad civil para cumplir con sus obligaciones fiscales y administrativas.

Así tuve la oportunidad de conversar animadamente con la doctora en derecho Luz María Tamés Peña, catedrática de la Universidad Panamericana con 30 años trabajando para asesorar y apoyar a las organizaciones de la sociedad civil. Una pionera en la realización del trabajo Pro Bono en México y coordinadora del área de responsabilidad social y emprendimiento del despacho Sámano Abogados, S.C.

¿En qué momento los donativos que hace una persona la vuelven filántropa?

Cuando el donativo se entrega simplemente para hacer el bien sin esperar nada a cambio. Esto generalmente se hace porque se busca apoyar al otro, a una causa, en la que se cree, y que se sabe, por quién realiza el donativo, que beneficiará a otros.

El filántropo es una persona que nunca hace un donativo para obtener un beneficio personal o porque busque obtener algo a cambio, como salir en la foto para ganar reconocimiento social o porque vaya a obtener una ventaja o beneficio fiscal por su acción.

El verdadero filántropo ayuda generalmente sin querer que se conozca que es él o ella quien apoyó la causa, esto es, muchas veces prefiere el anonimato.

 ¿Cuáles son las ventajas fiscales de apoyar a un donatario autorizado? ¿Cómo persona física?¿Cómo persona moral?

Debo reconocer con tristeza que en México, a diferencia de otros países del mundo, en primer lugar no hay realmente una cultura altruista arraigada en la sociedad.

En otros países, las personas, las familias, están acostumbradas y ven como algo natural apoyar a una causa o ser solidario con una labor que ayude a los demás de forma constante y continua, no sólo cuando lamentablemente ocurre un desastre natural.

Creo que un parteaguas en este tema en México fue la creación de Teletón, que buscó volver visible lo invisible, esto es, dar a conocer la situación que vivían muchos niños, niñas y jóvenes con discapacidad y que eran relegados por la sociedad; en algunos casos tratados como cosas y no reconociéndose su dignidad como personas.

En segundo lugar, en México la actual regulación fiscal está afectando y restringiendo más al sector de las donatarias autorizadas, imponiéndoles grandes cargas administrativas que las distraen y afectan para llevar a cabo su labor en beneficio de los demás.

Esta regulación muestra un verdadero desconocimiento del sector, el cual se ve amenazado. Y esta situación es contraria a lo que sucede en otros países, en los cuales cada vez hay más apoyo a las Organizaciones de la Sociedad Civil porque se reconoce su labor subsidiaria a la actividad del Estado, dado que atienden a sectores y necesidades que al Estado no le alcanza o no puede atender, por la razón que sea.

Ahora bien, la pregunta es ¿Por qué se busca dar incentivos fiscales para este tipo de organizaciones? Porque hay que reconocer que en la realidad muchos no ayudarían si a cambio no obtienen alguna ventaja, de ahí que siempre se ha buscado generar este aliciente. Bajo esta premisa, la tendencia a proporcionar apoyos fiscales comenzó en otros países y con el avance del tiempo se ha ido generando toda una cultura altruista, de tal suerte que para muchos el donar es una oportunidad para ayudar a los demás.

Con las recientes modificaciones fiscales en México, habrá que revisar el régimen fiscal específico en el cual se ubique la persona física para poder determinar si podrá o no deducir en su declaración anual deducciones personales o estímulos, como podrían ser los donativos efectuados a OSC´s.

Así, por ejemplo, si la persona física tributa bajo el régimen simplificado de confianza (RESICO), no podrá deducir su donativo en la declaración anual.

Entonces, podemos decir que actualmente un donativo realizado por una persona física bajo el régimen simplificado de confianza es más valioso, no tanto por la cantidad que done, sino porque su donativo viene de un verdadero compromiso personal, un sentido altruista de ayudar a los demás y para una causa en la que cree, ya que no tendrá un beneficio fiscal. De ahí la importancia de fomentar esta cultura altruista a la que me he referido anteriormente.

En el caso de una persona moral, ésta sí puede hacer deducibles los donativos que realice a una OSC que cuente con la autorización para recibir donativos deducibles de conformidad con la Ley del Impuesto sobre la Renta.

A Luz María Tamés Peña le consta que muchas empresas tienen una verdadera cultura altruista y sus donativos, independientemente de la ventaja fiscal que pudieran obtener, los realizan con un auténtico sentido de ayuda hacia otros, para que su situación mejore. Estas empresas también buscan fomentar en sus empleados su cultura altruista. Lamentablemente, existe otro tipo de empresas que solamente realizan un donativo si y sólo si les atrae un beneficio fiscal.

¿Cuándo las empresas son consideradas “socialmente responsables”? ¿Implica un porcentaje de utilidades? ¿Un plan grande? ¿Qué ventajas fiscales tienen al tener un plan RSC?

Una sociedad mercantil no sólo nace para generar utilidades. Sin lugar a dudas, tiene una gran responsabilidad y compromiso con la sociedad, sus proveedores, las familias, etcétera, pero el compromiso es también al interior, con sus trabajadores y directivos,  porque tiene que lograr que su personal encuentre en la empresa su desarrollo no sólo profesional sino también personal, lo que se traduce en bienestar.

Actualmente se busca incentivar en las empresas esta responsabilidad social, por lo que han surgido distintos esfuerzos para lograrlo. Uno de ellos es el distintivo de “Empresa Socialmente Responsable” que otorga el Cemefi. Es importante destacar que esta idea de las Empresas Socialmente Responsables, va de la mano con la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas y sus objetivos de desarrollo sostenible, ODS.

No podríamos hablar de ventajas fiscales directas, pero sí indirectas, ya que si contratan a una persona con discapacidad que se ubique en los supuestos previstos en la Ley del Impuesto sobre la Renta, tendrán derecho a un estímulo fiscal. Cada día y, creo que es más notorio en las nuevas generaciones, muchas personas buscan apoyar y adquirir los productos o servicios de empresas que estén comprometidas con mejorar el ambiente, el trato a sus trabajadores, entre otras causas, lo que efectivamente se refleja en un beneficio económico para las utilidades de la empresa.

Quiero como persona física donar a una buena causa organizada pero no constituida ni dada de alta en el SAT … ¿Puedo darle un apoyo? ¿Será deducible de mi ISR?

Cuando la causa es buena y seria, debes apoyar. Es un deber moral, un compromiso personal. Las cosas no se deben de hacer porque vayas a recibir algo a cambio, se deben hacer porque es lo justo, lo correcto, porque es la forma de colaborar para mejorar y hacer de este mundo un lugar mejor.

De hecho, así es como se inician las grandes obras y ya después se constituyen y se hacen todas las gestiones legales que se requieran.

¿Cuánto afecta a los donadores (personas físicas y morales) que las OSC’s no puedan acreditar el IVA?

Este es el tipo de medidas que afectan a las donatarias, porque las donatarias no cobran el IVA, o como se indica en términos contables, no trasladan el IVA, por las siguientes actividades: (i) enajenación de bienes, (ii) prestación de servicios y (iii) el uso o goce temporales de bienes. Luego entonces, la donataria debe registrar ese IVA como gasto, pues ya no hay devolución del IVA a las donatarias autorizadas.

Como puedes ver, la medida afecta a las donatarias. Para quienes reciben el servicio, el pago de la renta, o la compra de parte de la donataria ya que no les será trasladado el IVA, porque él mismo lo asume la donataria.

Ante una recesión económica, ¿cuál es el mayor reto para las OSC´s en México?

Sin duda, sobrevivir. Es evidente que cuando hay una recesión económica, la gente se vuelve mucho más cuidadosa en la decisión de sus gastos y, obviamente, dará prioridad a cubrir, antes que nada, sus necesidades básicas. Entonces, los gastos de alimentación, educación y de salud, se convertirán en prioritarios.   

Con este panorama, es claro que será más difícil que las personas realicen un donativo; sin embargo, creo que es importante tener en cuenta la relevancia que va a tener ahora la cultura altruista. Si hay cultura altruista, siempre se buscará ayudar. Yo estoy cierta que los mexicanos somos muy solidarios y considero que si no todos tienen una cultura altruista, creo que todos han vivido en su familia algún caso de enfermedad, que sensibiliza y vuelve empáticas a las personas ante la situación del otro. Por eso creo que, aunque la situación será difícil, tengo fe en que el buen corazón y el deseo de ayudar a los demás prevalecerá.

Somos interdependientes los unos de los otros. Por eso, la sociedad, los ciudadanos, debemos apoyarnos, sin estar esperando que alguien más resuelva, que asumamos la responsabilidad de construir nuestro destino y el de nuestro país.

Luz María tiene cientos de ejemplos de organizaciones que están sobreviviendo ante las duras condiciones fiscales y administrativas que se les imponen, restricciones para recibir donativos, mayor gasto acumulado al no poder declarar el IVA. Y aún en este escenario, continúan su labor guiadas por el sólido compromiso que tienen y las inspira.