En febrero de este año, la inflación anual fue de 7.62%, cifra que revirtió su tendencia al alza de los tres meses previos, por ello, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), señaló en un análisis que los especialistas han mejorado sus expectativas respecto a los precios al consumidor.
Considerando que el indicador de precios no subyacente aumentó solo 0.40% en el mes, la inflación subyacente fue de 8.29%, menor a la del mes previo de 8.45% y la inflación anual no subyacente se ubicó en 5.65%, es probable que el Banco de México (Banxico) converja 3% +/- 1 punto porcentual; no obstante, esto podría suceder hacia finales de 2024.
En ese sentido, el CEESP recordó que en febrero, el indicador general de precios reportó un aumento mensual de 0.56%, impulsado principalmente por el alza de 0.61% en los precios del indicador subyacente, que fue el origen del 82% del alza general de precios y que a su interior resalta el incremento de 0.68% en los precios de alimentos bebidas y tabaco.
Por lo anterior, resaltó que aunque la economía mexicana enfrenta oportunidades como la estabilidad cambiaria, que no haya exabruptos en las finanzas públicas, se genere tranquilidad en los mercados, que la recesión internacional no sea tan fuerte y ello impulse la demanda externa de México y las inversiones se presenten de manera positiva, es necesario reducir los costos de operación de la economía, semejante a las de Canadá y Estados Unidos.
Y es que de lo contrario, el Centro de Estudios agregó que la economía del país estará sujeta a riesgos que van desde temas como las elecciones que recuerdan, “hay elementos de insostenibilidad fiscal”, así como el erario que ha agotado los recursos precautorios de fondos de estabilización y otros fideicomisos, así como la temporal fortaleza de la recaudación del ISR.
Además, hay riesgos externos como las tensiones generadas con Estados Unidos que incluyen “diversas consultas relacionadas con claras violaciones al T-MEC” que “podrían generar dudas y desconfianza en los mercados hacia México”; y es que aunque la confianza de los consumidores aumentó 0.5 puntos según el INEGI, “su opinión acerca de la situación futura del hogar regresó a terreno negativo”.
traerá un “retroceso sumamente grave en la democracia nacional”, con consecuencias negativas en cuanto a modernización y economía que resaltaría la “insostenibilidad fiscal, debilidad del aparato productivo y apreciación real excesiva”, por mencionar solo algunos.
Por lo anterior, el análisis apuntó que independientemente de quien gané las próximas elecciones, y aunque es difícil pronosticar el comportamiento de un nuevo presidente, “la nueva administración heredará una economía frágil”, no obstante, esto se convertirá en una oportunidad para crear las condiciones adecuadas y necesarias que logren aprovechar la relocalización de las inversiones, o nearshoring y reconstituir las instituciones, sistemas y recursos financieros.
