En un comunicado, el académico
señaló que aun cuando hay esfuerzos importantes por mantener la estabilidad económica y el peso mexicano tiene cierta fortaleza frente al dólar, esto todavía no se ha podido reflejar en los productos de la canasta básica que siguen a la alza debido a tres factores principales:
- el flagelo del crimen organizado, que más allá de un cártel criminal es una organización económica demasiado poderosa y fuertemente dominante que, además de establecer tiempos en la siembra, cosecha, producción, logística de distribución de los productos del campo, también inciden en los lugares y puntos de venta, así como en el precio final de las mercancías, se ha convertido en un actor determinante que llega a incidir directamente hasta en dos puntos porcentuales de la inflación
- gran parte de la industria de alimentos en nuestro país ha sido acaparada y controlada por 12 empresas predominantes en el sector, lo que les permite regular el mercado de acuerdo con sus intereses e incidir directamente en los precios finales para el consumidor. Los sectores en los que hay intereses claramente dominantes son la industria del maíz, la masa y la tortilla; la del huevo y el pollo; la del pan y derivados; la producción y comercialización de carne de res y cerdo, así como el mercado de las frutas, hortalizas y legumbres; además de las grandes cadenas de tiendas departamentales que se manejan como empresas minoristas y que influyen también en los precios finales al consumidor
- el tema climatológico que repercute en la inflación, tomando en cuenta que durante 2022 se registraron 14 semanas de sequías; además, cinco de anegaciones y cinco más de heladas, lo que significó que se contabilizaran al menos 25 semanas en las que hubo afectaciones climáticas con consecuencias en el aumento en los precios de los productos del campo
El especialista resaltó que, más allá de la frialdad de los datos duros, lo cierto es que todos estos incrementos de precios en alimentos y productos básicos están afectando diariamente a millones de familias mexicanas, especialmente a las que tiene menores ingresos y que reciben entre 1 y 2 salarios mínimos; “no es menor el número, estamos hablando de 38 millones 463,000 personas, es decir, 64.13% de la población económicamente activa de esta nación; ese es el grueso de la población que se está viendo afectada por el incremento de los precios y también por el aumento en la tasa de interés.
Por último, precisó que hay otro sector de la población, en el que se ubica la llamada clase media, que también está resintiendo de manera importante los efectos de la inflación, pero además están padeciendo el aumento en las tasas de interés, porque son los principales tenedores de tarjetas de crédito, y entonces si no las pagan a tiempo los intereses se los comen. “Cada vez un mayor número de familias enfrentan serios problemas, no sólo para comprar alimentos, sino también para cubrir otras necesidades básicas como el transporte, educación, salud y vivienda.