La era digital ha aportado infinidad de ventajas y nuevas posibilidades a diversos sectores, como el financiero. No obstante, también ha dado nuevos recursos a aquellos que practican actividades ilícitas, como el lavado de dinero. La digitalización de muchos procesos, la aparición y consolidación de las criptomonedas o los nuevos negocios enmarcados en el entorno digital son contextos especialmente sensibles y propicios para los intentos de llevar a cabo estas conductas. Por suerte, también la tecnología está aportando recursos y soluciones para poder prevenir, controlar y responder ante este tipo de fraude.
Empecemos por algunas de las problemáticas del marco actual. El entorno digital ha facilitado que se multiplique el número de operaciones financieras. Sin los adecuados mecanismos de control, es más sencillo que algunas de estas operaciones puedan estar ligadas al lavado de dinero. Introducir ciertas defensas para la detección de conductas fraudulentas es necesario, pero ninguna entidad quiere renunciar a la agilidad en su servicio por temor a perder clientes.
Sin embargo, no siempre estas medidas tienen que implicar un funcionamiento más torpe o ralentizado.Empresas como SEON, ofrecen manuales de prevención de lavado de dinero que incluyen medidas mucho más sencillas y operativas. Un conjunto de buenas prácticas básicas puede reducir considerablemente el riesgo de estas conductas, con algunas medidas más básicas y otras de mayor calado. Dependiendo del nivel de riesgo al que está expuesta la entidad podrá adoptar algunas o todas.
Otra de las grandes problemáticas pasa por el carácter descentralizado de las criptomonedas. Este factor, que no deja de ser un elemento interesante e innovador para la sociedad, tiene su lado oscuro con el nivel de anonimato y la dificultad para rastrear algunas operaciones que pueden estar vinculadas al lavado de dinero. Una vez el dinero de procedencia ilícita ya se ha integrado en el sistema legal, se puede utilizar para volver a la moneda corriente, comprar activos, operar, etc. En un reporte, Panda Security, calculo, que los delincuentes han conseguido lavar unos 8,600 millones de dólares a través de estas divisas digitales en un año.
Las opciones tecnológicas para luchar contra el lavado de dinero
Pero, tal y como antes afirmábamos, pese a la magnitud del problema de estas actividades y el papel que las nuevas tecnologías tienen en el origen de las nuevas técnicas delictivas, también estas mejoras tecnológicas pueden (y deben) formar parte de la solución.Es difícil no pensar en todas las posibilidades que nos ofrecen la Inteligencia Artificial y el Machine Learning, como lo explica Ferrovial.
Especialmente para integrar estas herramientas en diversos de los procesos automatizados para poder detectar y prevenir los intentos de lavado de dinero en operaciones financieras donde pueden ocultarse. La Inteligencia artificial puede representar un recurso ágil de análisis de datos y comportamientos, estudio de pautas, establecimiento de controles, creación de registros y muchas más opciones, en conjunción con la capacidad de aprendizaje y mejora.
Precisamente, la Inteligencia Artificial tiene la gran ventaja de poder trabajar con otros sistemas y potenciar sus virtudes y aplicaciones. Desde el análisis del Big Data, una de las herramientas que pueden aportar una fuente de información de gran valor, hasta elementos como la biometría, imprescindibles para erradicar algunos ataques de seguridad internos que pueden darse en entidades financieras.
Las posibilidades son innumerables, pero hará falta creatividad, voluntad de las organizaciones y un personal formado adecuadamente para poder ponerlas en marcha.
El Blockchain apareció como una fuente de recursos para los ciberdelincuentes, especialmente a través de las criptomonedas. Pero también ofrece grandes posibilidades para la lucha contra las prácticas fraudulentas. El avance de este tipo de tecnología está propiciando que su nivel de transparencia sea mucho mayor; además, puede incorporar una mayor trazabilidad para las operaciones vinculadas a su operatividad, lo que permitiría luchar contra los delincuentes y obtener una valiosa información para prevenir casos futuros (otro ejemplo de sinergia entre la IA y el resto de recursos). La introducción de diversos algoritmos puede ser una poderosa medida de control para este fin.
Otras opciones aplicables a diferentes niveles
La tecnología puntera es un elemento que tiene mucho que aportar a la lucha contra el lavado de dinero. Pero, por fortuna, existen, también, otras buenas prácticas más asequibles para el común de los mortales (o las empresas sin una gran estructura). Lógicamente, integrar el KYC (Know Your Costumer) es la primera de ellas. Toda información sobre el cliente puede ser enormemente valiosa para prevenir este tipo de riesgos de fraude. También lo son otros datos que no acostumbramos a solicitar en el KYC, como la dirección IP, el correo electrónico o el número de teléfono.
Una práctica habitual del lavado de dinero es la utilización de cantidades más reducidas, pero con mayor frecuencia (“smufing”). El historial de las transacciones puede aportar luz sobre la posibilidad de que se esté dando este tipo de actividad ilícita. A fin de cuentas, se trata de otro tipo de conducta sospechosa, como los cambios frecuentes de localización geográfica. Por otra parte, no podemos dejar de lado la necesidad de formarnos y capacitar a nuestros colaboradores sobre estas prácticas y otras para detener este fraude.
En definitiva, la problemática del lavado de dinero, no solo afecta a las instituciones y personas a nivel ético y económico, sino también legal; y es absolutamente necesario tomar medidas contra este fenómeno. Las más básicas pasan por una serie de controles y buenas prácticas. Pero el avance de la tecnología va a portar diversas herramientas que pueden ser de gran utilidad para frenar las conductas ilegales. La formación, el reciclaje y la I+D van a ser aspectos clave en el corto plazo.