Durante toda mi época como estudiante y durante muchos años como abogado, me desarrollé en aulas de clases y oficinas donde los ecos de la diversidad eran débiles e, inclusive, podrían llamarse inexistentes. Si en algún momento se hablada de alguien que podría ser diverso, era para hacerlo resaltar y no en un buen sentido. Los líderes abiertamente diversos también estuvieron ausentes. Parecía como si las instituciones buscaban, valoraban y promovían la uniformidad.
La diversidad es innata a los humanos y los abogados nos dedicamos a resolver y prevenir conflictos humanos, por lo que, en mi opinión y experiencia, los equipos diversos aportan una variedad invaluable de perspectivas que enriquecen y mejoran la calidad de nuestros servicios. La diversidad nos permite abordar y comprender los problemas desde distintas perspectivas, generando soluciones más innovadoras, completas y adecuadas a la realidad siempre cambiante. Como lo revela Scientific American en su artículo “How Diversity Makes Us Smarter”, la diversidad mejora la creatividad, fomenta la búsqueda de información y perspectivas novedosas, y conduce a una mejor resolución de problemas.
Esto es especialmente cierto en el mundo globalizado e interconectado de hoy, donde estamos a un click o un vuelo de distancia de alguien que “parece” distinto a nosotros. La diversidad también enriquece los centros de trabajo en un nivel interpersonal. Nos permite conectar con otros, aprender de las experiencias de los demás y cuestionar nuestras suposiciones. Nos permite ver a los demás en las coincidencias que nos hacen humanos y que siempre serán mas grandes que nuestras diferencias. Mejora nuestra empatía y habilidades de comunicación, haciendo de nosotros mejores profesionistas y, lo más importante, seres humanos.
Esto nos lleva a reafirmar la importancia de la diversidad en los puestos de liderazgo, la cual crea modelos de roles para las generaciones futuras. Después de todo “No puedes ser lo que no puedes ver”. Cuando la gente más joven ve a personas como ellos en posiciones de influencia, les da la confianza para seguir sus propias convicciones y ambiciones. La representación en todos los niveles es fundamental. Según estudios de Harvard Business Review sin un liderazgo diverso, las mujeres tienen un 20% menos de probabilidades que los hombres de obtener respaldo para sus ideas y las personas de la comunidad LGBT tienen un 21% menos.
Pero, paradójicamente, en las generaciones más jóvenes he observado una tendencia que no deja de preocupar. Algunos parecen haberse desvinculado de las iniciativas de diversidad e inclusión, tal vez por la percepción de que los derechos y privilegios que disfrutan surgieron sin esfuerzo. Pero no debemos olvidar que cada avance en la diversidad y la inclusión es el resultado de largas luchas y sacrificios de los que vinieron antes que nosotros. Es nuestro deber continuar ese trabajo, no solo para nosotros, sino para aquellos que vendrán después.
Si queremos que nuestra profesión sea verdaderamente representativa y efectiva, debemos comprometernos a construir y nutrir la diversidad en todas sus formas. Los esfuerzos para dar lugar a la diversidad no son solo “lo correcto” desde una perspectiva ética, sino que también son “lo inteligente” desde una perspectiva de negocio. Según el mismo artículo “How Diversity Makes Us Smarter”, la diversidad ha demostrado mejorar los resultados financieros de las empresas y promovido descubrimientos e innovaciones. Así, mejorar la diversidad no solo nos hace mejores como individuos y como sociedad, sino también como profesionales.
No debemos permitir que los avances logrados se desvanezcan con el desinterés de las generaciones más jóvenes. Debemos seguir trabajando para mantener viva la conversación sobre diversidad e inclusión, recordándonos constantemente que la lucha por los derechos y privilegios que disfrutamos hoy fue ardua y sacrificada y, sobre todo, que la diversidad es algo cambiante. La diversidad de ayer no es la misma que la de hoy y seguramente será distinta a la de mañana.
Usemos este mes para conmemorar a las voces que se hicieron escuchar, para reflexionar en dónde estamos y analizar qué nos falta por hacer. Usemos este mes para celebrar la diversidad y su riqueza. Usemos este mes para recordar que no debemos silenciar a las voces diversas y que debemos garantizar, fomentar y apoyar su desarrollo personal y profesional sin temores.
Permitamos que se refleje la diversidad existente e innegable, para que ese reflejo llegue a los ojos de la gente que busca estar representada en un lugar al que aspira estar.