De acuerdo con el estudio “Habilidades en Latinoamérica” de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), los jóvenes menores de 24 años tienen el doble de posibilidades de estar desempleados en comparación con aquellos mayores de 25 años. Algunos factores que podrían estar aportando a este hecho son la falta de orientación vocacional, la desactualización de las habilidades, la evolución tardía de los planes de estudio en relación con la demanda del mercado laboral actual, y las pocas oportunidades de adquirir experiencia al estudiar o egresar de la universidad.
En México particularmente, esta brecha ha crecido en los últimos años dejando al descubierto la necesidad de más herramientas que hagan posible acrecentar las habilidades del talento mexicano y prepararlo para los empleos del futuro. Hoy en día, el 76% de los colaboradores asegura que su trabajo requiere de capacitación especial, según el reporte de PwC, Workforce Hopes & Fears 2022.
En cuanto a la parte académica, por otro lado, se ha identificado una necesidad por seguir colaborando -empresas, gobierno y academia- para que los estudiantes puedan hacer frente a las transformaciones del mercado del trabajo. Hoy sabemos que la educación es un poderoso agente de cambio y contribuye a la estabilidad social y al crecimiento económico a largo plazo.
La OCDE, en otro de sus estudios, reveló que los estudiantes que se gradúan carecen de las competencias necesarias para el éxito profesional, resaltando principalmente: el análisis y la resolución de problemas, el conocimiento en tecnologías de la información, el dominio del inglés, la agilidad y la adaptabilidad.
Es una realidad que México no es ajeno a las implicaciones de la crisis mundial de atraer y retener al mejor talento; esta idea se refuerza con la perspectiva de que 55% de los colaboradores en México aseguran que su empleador no invierte en tecnología o en brindarles herramientas digitales, lo que hace más retadora dicha retención (Hopes & Fears, 2022).
Con cerca de 1,300 millones de jóvenes en todo el mundo a punto de incorporarse al mercado laboral—la mayor generación en la historia— es crucial tomar medidas para cerrar la brecha de oportunidades y garantizar que todos ellos estén preparados para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades del mundo laboral actual y del futuro.
Hoy existen cada vez más empresas que buscan apoyar a la próxima generación de talento en México, y que se comprometen a crear nuevos empleos. El programa Future Ready de PwC, por ejemplo, es una iniciativa que pretende aportar al desarrollo de la próxima generación de talento de alto desempeño en México, a la vez que se compromete a crear hasta 1,000 nuevos empleos -durante los próximos tres años- para estudiantes recién egresados en el país. A través de esfuerzos colaborativos con diversas universidades, ofrece programas de aprendizaje inmersivo, cursos de tecnología, gobernanza corporativa y liderazgo, brindando a los participantes la oportunidad de aplicar sus conocimientos en proyectos reales y recibir mentoría personalizada por parte de especialistas.
Y es que en un contexto como en el que vivimos actualmente, se requiere sumar esfuerzos en la formación y el desarrollo de habilidades de los jóvenes. La equidad social es un pilar fundamental; impulsar la inclusión y promoverla no solo es una responsabilidad empresarial, sino también un imperativo para el desarrollo sostenible y la estabilidad social en México.
Al cerrar la brecha de oportunidades en México, podemos generar impactos positivos en nuestra sociedad e impulsar y acelerar el desarrollo de nuestro país.