La comisión explicó que los gastos hormiga son “compras que no están planificadas y que no son tan importantes
Comprar chicles en la calle, alguna prenda de ropa o bisutería que aparentemente tiene buen precio y pagar por varias suscripciones de streaming pueden no parecer un gasto pequeño, sin embargo, la suma de esos, a la larga, pueden llegar a ser un gasto considerable que limite las finanzas personales, y esa es una de las consecuencias de los gastos hormiga.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), un solo gasto no supone un gran peligro, sin embargo, cuando este se suma a muchos otros gastos hormiga puede desequilibrar las finanzas y eso sí deja en riesgo la economía de las personas.
La comisión explicó que los gastos hormiga son “compras que no están planificadas y que no son tan importantes” para la vida diaria, como un café por las mañanas, dulces, alcohol, propinas y comidas fuera de casa, muchas veces se hacen estos gastos de forma espontánea y sin pensar en su costo o use que se le dará.
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Además, cuando estas compras pasan a formar parte de la rutina diaria, “sobresalen las adicciones”, e incluso la más pequeña, como comprar un cigarro suelto a diario, puede representar un riesgo para la administración financiera, como lo es el coleccionar cosas, ya que es un problema psicológico y financiero.
La CONDUSEF citó al método Kakebo, que señaló, es un arte japonés que sirve para ahorrar para tener los gastos bajo control y así gestionar ganancias para alcanzar metas financieras, controlar ingresos y administrar los recursos económicos, todo mediante un presupuesto; pero este método, recomendado por la comisión se basa en 4 ejes.
Los ingresos, que es dinero que entra mensualmente, gastos fijos, que son los recurrentes de cada mes, como pago de colegiaturas, renta, gas, etc., ahorro, que es la cantidad de dinero que se desea juntar y tiene un objetivo y la cantidad que puedes gastar libremente, a esta hay que restarle los gastos fijos, y así se obtiene dicha cantidad, que no necesariamente se debe gastar, pero puede quedar para algún pago extra o emergencia.
Para no caer en las trampas del ahorro hormiga, se recomienda tener un control financiero de lo que se gasta, apegarse al presupuesto y evitar gastos incensarios, por ejemplo si se quiere un café, es mejor prepararlo en casa y no comprarlo en la calle.
