En México, la canasta básica está compuesta por granos básicos como el maíz, el frijol y el café, proteína como la carne, pescado y lácteos, frutas, verduras, productos de higiene personal como papel o pasta dental, farmacéuticos y artículos de limpieza, pero en el rubro de aquellos de consumo alimenticio, la lista podría cambiar.
En un comunicado fechado al 26 de agosto de 2024, el presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), Cuauhtémoc Rivera, compartió que a partir de la pandemia de COVID-19 cambiaron los hábitos de consumo de la población, priorizando el consumo de productos light, es decir, bajos en azúcar y sodio, libres de gluten y orgánicos.
Sobre este punto, Rivera aseguró que “los verdaderos consumos de la población no están reflejados en la lista de productos y beneficios que están inscritos en la actual canasta básica, lo cual urge se actualice conforme a las tendencia del mercado, especialmente porque “a partir de la variación de precios de estos productos es como se mide la inflación”, lo cual también determina el monto del salario mínimo.
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Nuevos hábitos de consumo en la canasta básica
El presidente de la ANPEC enfatizó que la actual lista de consumo en la canasta básica alimentaria es “obsoleta”, por lo que urge llenarla “de nueva cuenta”, considerando además el consumo local de cada región del país, lo que implicaría tener no solo una canasta nacional, sino canastas regionales con precios con precios actualizados.
“Necesitamos una nueva canasta básica que contemple los productos diferenciadores de cada región y, a partir de esto, definir de manera transparente una metodología que ofrezca una medición de la inflación con mayor objetividad y corresponder todo este esfuerzo a la decisión que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos debe tomar respecto al aumento anual”, dijo Rivera.
¿Qué sucede con la industria productora de alimentos? De acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, las cadenas productivas han incrementado sus presentaciones, fórmulas y tamaños de productos para así adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores, los cuales están orientando su ingesta a alimentos naturales en pro de una vida saludable.
Si bien, la organización reconoció que los hábitos son un asunto de conciencia y voluntad propia, añadió que los cambios productivos no vienen solos, ya que requieren también de procesos logísticos en cuando al abasto y distribución de mercancías, lo cual exige ajustes que permitan mejorar las condiciones de las cadenas productivas.