El 2024 se ha presentado como un año crítico para las empresas mexicanas debido a tres factores interconectados que conforman lo que podría llamarse una "trifecta económica": las elecciones en Estados Unidos, el cambio de administración en México y la volatilidad del tipo de cambio, destacó Xepelin.
En un comunicado la firma indicó que estos factores imponen la necesidad de replantear las estrategias operativas y financieras de las empresas para sortear los retos que se avecinan y aprovechar las oportunidades que puedan surgir.
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Detalle de los sucesos locales e internacionales y sus posibles efectos
Xepelin explicó que las elecciones en Estados Unidos, el principal socio comercial de México, tendrán efectos significativos sobre el comercio internacional, entre los que destaca:
- la incertidumbre electoral en la mayor economía del mundo afecta directamente los mercados y las políticas comerciales, lo que ya ha ocurrido en ciclos electorales anteriores
- las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos podrían verse impactadas dependiendo del resultado electoral
“Como ejemplo, en 2016, la victoria de Donald Trump y sus políticas proteccionistas provocaron una devaluación importante del peso mexicano, lo que evidenció la vulnerabilidad de las economías emergentes ante estos cambios”, subrayó el documento.
Por su parte, el cambio de administración en México también traerá consigo una serie de reformas económicas que aunque podrían ser parteaguas a nuevas oportunidades, también presentan desafíos considerables para las empresas, especialmente las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs).
En ese sentido, la empresa financiera refirió que el Banco de México prevé cerrar el año con un crecimiento del 4.02% para el 2024, pero la inflación continúa siendo un tema relevante.
“De acuerdo con expertos, las reformas fiscales y regulatorias podrían generar incertidumbre, especialmente en sectores como la infraestructura y la inversión extranjera, afectando el entorno operativo para muchas compañías”, puntualizó.
Otro factor a considerar, señaló Xepelin, es la volatilidad del tipo de cambio, un reto constante para las empresas mexicanas, tanto para aquellas con operaciones internacionales como para las que operan únicamente en el mercado interno.
Describió que la fluctuación del peso frente al dólar ya ha mostrado su impacto en el pasado, y al cierre de 2024 no será diferente. De hecho, entre abril y septiembre de 2024, el tipo de cambio del peso mexicano frente al dólar ha tenido una variación aproximada del 23.07%, con un valor más bajo de 16.3280 MXN/USD en abril y uno más alto de 20.0951 MXN/USD en septiembre, lo que refleja la volatilidad en el actual contexto económico. Factores como las elecciones en Estados Unidos y las reformas internas en México probablemente amplificarán estos movimientos, afectando los costos operativos y la rentabilidad de las empresas que dependen de insumos importados.
¿Cómo navegar la trifecta?
Para enfrentar los riesgos que presenta la trifecta económica, las empresas deben implementar análisis detallados de escenarios económicos con proyecciones claras de flujo de caja. Este enfoque permite simular distintos entornos, como fluctuaciones del tipo de cambio o cambios en políticas comerciales, y evaluar su impacto en los ingresos y egresos.
Así, explicó, las empresas pueden anticiparse a situaciones adversas, ajustar gastos y tomar decisiones estratégicas, como renegociar plazos o ajustar precios. Un control riguroso del flujo de caja asegura que la liquidez no se vea comprometida, especialmente en tiempos de incertidumbre. La capacidad de prever retrasos en los pagos o aumentos inesperados en costos es clave para mantener la estabilidad operativa.
En este contexto, contar con herramientas tecnológicas es vital, Sebastián Kreis, CEO de Xepelin, resaltó que estas soluciones tecnológicas permiten que las empresas liberen recursos para enfocarse en áreas clave como la expansión comercial o la innovación, mejorando su capacidad de respuesta frente a la volatilidad económica.
“Definitivamente, 2024 se perfila como un año cargado de incertidumbre y desafíos para las empresas mexicanas. Sin embargo, con la adopción de estrategias financieras flexibles y el uso de herramientas tecnológicas, las compañías estarán mejor preparadas para adaptarse a las fluctuaciones del entorno económico y aprovechar las oportunidades que se presenten”, concluyó el experto.