En 2017 el gobierno inauguró cinco Zonas Económicas Especiales con beneficios para las empresas que desearan invertir en ellas, sin embargo, no configuran aun opciones para el gremio, a fin de que expandan sus negocios, afirmó KPMG
En la encuesta realizada por la firma a más de 900 líderes empresariales, ninguno de ellos dijo considerar expandir su negocio a alguno de los municipios catalogados como ZEE en el 2018, ni lo hizo el año anterior.
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Al respecto, durante la presentación del estudio “Perspectivas de la alta dirección en México 2018” el socio líder de impuestos corporativos, Agustin Vargas, explico que la estrategia tomada de experiencias internacionales como la de China no refleja resultados principalmente por la falta de infraestructura y seguridad en las regiones, además de la dificultad de atraer talento.
“El tema de Zonas Económicas Especiales normalmente lo ligamos mucho a los beneficios fiscales, pero para llegar ahí primero tiene que haber una empresa que se instale y para que se instale el tema de infraestructura es fundamental, el tema de seguridad que lo hemos comentado; sin duda en estas zonas de las que estamos hablando es en donde los índices de inseguridad han crecido”.
Coincidió el socio líder nacional de asesoría, Roberto Cabrera, quien agregó que en dichos municipios es difícil encontrar el capital humano necesario para desarrollar los negocios que ahí se deseen establecer, debido a las oportunidades de educación que en estas existen.
A su vez, explicaron que los decretos promulgatorios no pueden ser unilaterales y que pese a los incentivos que otorga el gobierno federal, las entidades federativas deben generar los propios y procurar las condiciones ideales para la inversión.
Aun cuando las autoridades ya confirmaron que industrias del sector primario y automotriz están interesados en inyectar capital en estas regiones, indicaron que al menos pasaran cinco años para que veamos los resultados y en general serán visibles a largo plazo y al tomar como referencia los países que implementaron esta dinámica, probablemente en 10 o 15 años se podrán apreciar los efectos de dichas políticas.
“Toma tiempo de manera natural, el reto que tenemos como país es que nosotros le demos la velocidad suficiente desde el punto de vista federal y estatal a esto”, puntualizó Vargas.
Respecto a cómo las elecciones afectarán este tema, precisó que los candidatos deben otorgar la certeza de que los programas tendrán continuidad y que trabajaran los tres niveles para llevar avante los proyectos.
