Inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país durante un periodo de tiempo sostenido (normalmente un año). Cuando el nivel general de precios sube, con cada unidad de moneda se adquieren menos bienes y servicios. La principal causa que puede desencadenar este fenómeno es el exceso de dinero circulando en manos de la población que, al sentirse con más recursos, incrementa sus gastos generando una mayor demanda de bienes y servicios en la economía cuando la capacidad productiva del país no está en posibilidades de cubrirla, provocando escasez y aumentos en los precios.
Para evitar este efecto es necesario saber a qué ritmo aumentan los precios; por ello se creó el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), que es un número que refleja cómo han variado los precios de un conjunto de bienes y servicios que consumen las familias en México.
De 1983 a 1988 la inflación acumulada fue del 3,710 % y el nivel más alto se alcanzó en 1987 con una inflación anual del 159.7 %. Paulatinamente, en las siguientes décadas se estabilizó el entorno económico y los niveles de inflación reportaron una tendencia a la baja. El promedio anual simple de la inflación de los últimos 18 años es del 4.5 % (según información publicada por el Banco de México).
Este hecho inflacionario junto con otros factores económicos, durante la década de los ochentas, fueron los detonantes para que el Instituto Mexicano de Contadores Públicos, AC y el Consejo Mexicano para la Investigación y Desarrollo de Normas de Información Financiera (CINIF) en su oportunidad, considerando los entornos económicos, las tendencias de los niveles de inflación, los requerimientos de organismos regulatorios y empresariales, así como de los usuarios de la información financiera emitieron los Boletines B-7 “Revelación de los efectos de la inflación en la información financiera” y B-10 “Reconocimiento de los Efectos de la Inflación en la Información Financiera” y sus cinco documentos de adecuaciones, así como, la Norma de Información NIF B-10 “Efectos de la Inflación”.
Las autoridades fiscales también intervinieron para que la determinación de algunos valores y resultados fiscales se incluyeran en los aspectos inflacionarios.
Actualmente la Norma de Información NIF B-10 ha caído en un estado de “hibernación”, pues establece que se reconocerán los efectos de inflación financiera siempre que sus efectos sean relevantes, lo cual ocurre cuando la inflación es igual o mayor que el 26 % acumulado durante los tres ejercicios anuales anteriores, según la NIF B-10, párrafo IN14.
Sin embargo habrá que considerar que es una norma que podría representar un reto importante en caso de que se llegaran a detonar las condiciones que obliguen a su reconocimiento en los estados financieros.
Para realizar el reconocimiento de los efectos de la inflación, en los estados financieros, es necesario:
- analizar al inicio de cada periodo contable (anual) si hubo un cambio de entorno no inflacionario, a uno inflacionario
- realizar la agrupación de los elementos de los estados financieros en partidas monetarias y no monetarias
- determinar el resultado por posición monetaria (Repomo) por las partidas monetarias (activo y pasivo) de
- forma mensual, hasta llegar a la fecha de cierre de del balance general. El reconocimiento del Repomo, debe ser realizado en el resultado integral de financiamiento (RIF) del ejercicio, de conformidad con la NIF B-3
- determinar la cifra reexpresada en las partidas no monetarias; que consiste en multiplicar, la cifra base, por el factor de reexpresión a la fecha de cierre del balance general (dicho factor se determina entre la fecha de reconocimiento inicial, y la fecha de cierre del balance general), y
- reconocer el efecto de la inflación de dicha reexpresión por partidas no monetarias en los resultados acumulados de la entidad
Conclusión
Aunque la inflación se ha mantenido estable durante algún tiempo, hay que estar preparado al cambio de un entorno económico inflacionario; por lo que será necesario aplicar la NIF B-10 de manera retrospectiva para presentar y revelar información financiera comparativa en unidades monetarias de acuerdo con la NIF A-7 “Presentación y revelación”, en cuyo caso los estados financieros deben contener la mención de que las cifras están reexpresadas en moneda de poder adquisitivo a una fecha determinada.
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