En junio de 2020, entró en vigor el "impuesto digital" que ya se discutía por legisladores en México a finales del año 2019. Esto derivó en que las plataformas digitales como Amazon, Airbnb, Uber, entre muchas otras, ahora tienen funciones para retener IVA e ISR a los mexicanos que generen ingresos a través de éstas.
Desde un principio, la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) y la Asociación Mexicana de Internet (AIMX), pidieron una revisión por parte de las autoridades para bajar la retención del ISR en materia de comercio electrónico del 2.4%, como estaba estipulado, al 1%. No hacerlo, en su opinión, actuaría de forma negativa para más del 90% de los comercios que hoy realizan operaciones de venta en línea. Especialmente, para los pequeños vendedores y empresarios, en contraste con los grandes monopolios tecnológicos.
La AMVO proponía una tasa unificada de retención general del 1% para así apoyar a los vendedores y emprendedores; simplificar el cumplimiento de las obligaciones fiscales; garantizar la formalización y desarrollar un sistema tributario progresivo.
Hace unos días, el Senado de la República ratificó la ley para que a estas empresas únicamente se les retenga el 1% de este impuesto. Algo que la AMVO celebra: “La tasa unificada de retención general del 1% beneficiará a miles de vendedores y emprendedores que hoy realizan operaciones a través de plataformas digitales”, detalló el órgano que preside Eric Pérez-Grovas.
En ese sentido, así es cómo luce el panorama actual para 2021 con respecto a la retención de impuestos, tanto para las plataformas y los vendedores independientes de comercio electrónico, como para los prestadores de servicio a través de plataformas en línea:
El crecimiento sostenido del comercio electrónico
La AMVO señala que actualmente existen 95% más PyMEs vendiendo en línea, que en 2019. Incluso, el año pasado México fue el país que registró mayor crecimiento en comercio electrónico a nivel global, representando un 5% del total de las ventas minoristas.
Esto, en gran medida, como una consecuencia de la pandemia por SARS-CoV-2, que orilló a muchas empresas a acelerar la transformación digital para generar ingresos a través del comercio electrónico, al ser este medio su única vía de comercialización posible durante los meses que duró la cuarentena. Una decisión que se extiende al momento presente, ante un panorama aún incierto y una “nueva normalidad” que ha cambiado las reglas del consumo.
Frente a esta situación, y a pesar del aumento a las tasas de retención del Impuesto sobre la Renta en materia de comercio electrónico, vender en línea se convierte cada vez más en una solución para miles de empresas, comercios y personas, que desean obtener ingresos ya sea como su fuente principal o como un medio alterno.
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