La crisis económica y las desigualdades en Latinoamérica no solo derivan de una crisis sanitaria sin precedentes, desde años antes estos ya eran problemas latentes. No obstante la pandemia sí jugó un papel importante en su aumento y solo una política fiscal que promueva la recaudación y combata realmente la evasión podrá solucionarlos.
A detalle, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señaló que el COVID-19 agravó los problemas estructurales de la región: baja productividad e inversión, alta informalidad, desocupación, desigualdad y pobreza.
Por lo anterior, explicó que la política fiscal deberá complementarse con políticas monetarias y financieras para sostener el crecimiento en la recuperación.
En cuanto inversión, deberá incentivar, atraer y complementar con inversión privada hacia sectores intensivos de empleo y que apoyen la sostenibilidad ambiental.
Asimismo, aumentos en la inversión pública impactarían positivamente el crecimiento, especialmente en infraestructura física y digital para catalizar la privada.
"Tenemos que entender que la inversión pública tiene mayores multiplicadores que el gasto corriente", destacó la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.
A su vez, destacó que es menester de los gobiernos la sostenibilidad de política fiscal y asegurar la sostenibilidad financiera de los sistemas de protección social, la salud, el cuidado y la educación, mismos que requerirán del fortalecimiento de los tributarios y la reducción de la evasión.
En ese sentido, hizo un llamado para mantener las transferencias sociales de emergencia para mitigar efectos de la pandemia y asegurar la sostenibilidad antes mencionada
"Si no hay continuidad de transferencias habría 15 millones de personas más en la pobreza extrema", advirtió la titular del organismo internacional.