Amortiguar precios de gasolina, ¿buena idea?

Está comprobado que mantener el precio de la gasolina por debajo de su verdadero costo implica un costo social neto

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Los ingresos que el gobierno pierde al poner estímulos al IESPS a las gasolinas podrían presionar las finanzas públicas y con ello, limitar el espacio del gasto en sus funciones, informó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Detalló que los recursos adicionales por los altos precios del crudo son en principio una buena noticia que abre la posibilidad de cubrir necesidades apremiantes o mejorar las finanzas públicas, pero ello de manera transitoria. La razón de esto es que los ingresos excedentes en cuestión no pueden considerarse permanentes, sino solamente transitorios y lo recomendable en este caso es dedicarlos a usos de esa misma naturaleza.

No obstante, el gobierno ha decidido utilizarlos para cumplir una promesa de campaña: que no aumente el precio de los combustibles o que “no habrá gasolinazos”. 

Es difícil, prácticamente imposible, “estimar” el costo de los estímulos a las gasolinas y el diésel para el año. Todo depende crucialmente de cómo se desenvuelve el consumo de combustible en el año, ya que su tendencia fue trastocada por la pandemia. Y no se sabe que tanto durarán los precios extraordinariamente elevados del crudo, ni cuál es exactamente el objetivo del gobierno en términos de “evitar un gasolinazo”. Pero sí se pueden contemplar algunos escenarios posibles. 

Un primer escenario podría consistir en que la venta interna de combustibles de enero pasado se mantiene en el resto del año. Si además se supone que los estímulos publicados para la semana referida igualmente se mantienen sin cambio, el costo del estímulo sería de aproximadamente 420 mmp. 

Es decir, rebasaría en casi 75 mmp los ingresos excedentes netos mencionados previamente, con lo que el costo del subsidio implicaría finalmente un deterioro, un mayor déficit, de las finanzas públicas.

En otro escenario, en el que la venta interna de combustibles promedio recupera su nivel de 2019, que es 27% mayor a la de enero del presente año, desde luego el costo de los estímulos ficales aumentaría significativamente. Bajo este escenario los costos totales se elevarían a 570 mmp en el caso de mantener los estímulos publicados para la semana del 12 al 18 de marzo y a 385 mmp con estímulos de un peso para todos los casos.

Así, con una recuperación fuerte del consumo de combustibles crece el riesgo de que la política resulte en un déficit fiscal mayor al programado en el presupuesto.

El control del costo de los combustibles puede ser muy rentable políticamente. Y que ayude a aliviar las presiones inflacionarias. Pero es altamente costoso y regresivo; se ayuda principalmente a los estratos de mayor ingreso; se sacrifica la oportunidad de no atender necesidades sociales apremiantes, y, además, va en contra de las buenas prácticas ambientales.

Está comprobado que mantener el precio de la gasolina por debajo de su verdadero costo implica un costo social neto, una vez tomadas en cuenta las externalidades negativas que ello conlleva en términos de medio ambiente y cambio climático. 

Precios altos, oportunidad para proyectos

Explicó que, suponiendo que el precio promedio del petróleo para todo el año fuese de 90 dólares por barril, los ingresos adicionales para el sector público en 2022 alcanzarían aproximadamente 475 mil millones de pesos (mmp). 

Sin embargo, no todo ese monto estaría disponible ya sea para el gasto público o para ahorrarse. Hay que tener presente que las variables del marco macroeconómico utilizado para elaborar el Presupuesto 2022 han sufrido cambios en sus estimaciones. 

  • un menor crecimiento de la economía resulta en menores ingresos tributarios

  • una depreciación del tipo de cambio aumenta los ingresos petroleros, pero reduce el costo del servicio de la deuda

  • una menor plataforma de producción reduce los ingresos petroleros

  • un aumento de la tasa de interés incrementa el gasto no programable

Considerando el escenario de 90 dólares de la mezcla mexicana del crudo y el efecto de los factores señalados, los recursos adicionales netos disponibles para el sector público podrían alcanzar 345 mmp o 1.3% del PIB.

Dichos recursos son importantes. Podrían estar muy cerca del gasto presupuestado para la secretaría de educación en este año, de 364.6 mmp, que es el más alto para cualquier ramo administrativo; 78% por arriba del gasto de la secretaría de salud, 270% superior al de seguridad y protección ciudadana o mayor en 15% al de la secretaría del bienestar. O bien, el excedente de ingresos de 345 mmp equivaldría a la mitad del gasto público en inversión física.

"Claramente, el excedente de ingresos por el mayor precio del crudo podría destinarse, de manera transitoria, a gastos de necesidades evidentes en educación, salud, seguridad pública, bienestar social o inversión productiva, entre otros", subrayó. 

O bien, se podría optar por una mejoría de las finanzas públicas para evitar que cayeran en déficit primario nuevamente en este año, lo que no es una buena práctica, o para restituir algunos de los fondos precautorios que se han utilizado en años recientes para cerrar brechas fiscales, indicó.