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Se estima que el 50% de los pagos con efectivo esconden transacciones ilícitas o informales, y de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), tiene un costo social de 1.5% del PIB de 33 países, pero al optar por la inclusión mediante servicios financieros digitales, las empresas y gobierno pueden impulsar la economía, aumentar su capacidad productiva e incluso su captación de impuestos.
El acceso a productos financieros genera redes de intercambio comercial a precios competitivos a través de medios de pagos electrónicos y el aprovechamiento de la telefonía móvil, que brinda la posibilidad de transaccionar de manera segura con la validación de la identidad a través de sistemas biométricos.
En ese sentido, el CEO de Biometría Aplicada, Adolfo Loera, destacó que el uso de dispositivos electrónicos reduce los gastos operativos y requerimientos de seguridad de las instituciones financieras, y no se necesitan instalar cajeros automáticos y/o sucursales bancarias, pues las operaciones serían validadas con biometría, “previendo así fraudes y casos de robo de identidad”.
Asimismo, el experto en identidades digitales apuntó que de aplicar lo anterior, se puede “llevar un mejor registro de las transacciones, crear un historial crediticio e incrementar el ahorro privado al tener donde acumularlo para después invertirlo”, y la digitalización del dinero lleva a la formalización de la economía, que permite “mayor captación de impuestos”.
Loera destacó que así, “los gobiernos tendrían más recursos para invertir en programas sociales que impulsen el desarrollo económico de las comunidades y se crearían más mercados atractivos para las empresas privadas”, además, se tendría un mercado de consumo mayor.
El CEO de Biometría Aplicada agregó que esto abre la posibilidad de integrar a personas no bancarizadas al sistema financiero, pues mediante dispositivos móviles pueden acceder a una cuenta de ahorro, un crédito, un seguro, inversiones o un método de pago digital, y solo basta “validar que la persona que está detrás del dispositivo es quien dice ser”, mediante la verificación biométrica con el INE o pasaporte.
Por su parte, las instituciones financieras tienen que desarrollar aplicaciones con elementos de autenticación (biométricos, contraseñas alfanuméricas, tokens digitales, NIPs, entre otros); en Biometría Aplicada, por ejemplo, se pueden capturar biométricos de huella y rostro para generar un expediente o cuenta financiera.
Adolfo Loera aseguró que para que México reduzca sus niveles de pobreza necesita implementar tecnología para reducir las brechas, pues el “aislamiento cultural es característico de la pobreza urbana y consiste en las barreras sociales tangibles e intangibles que impiden que una persona se sienta cómoda al entrar a una sucursal bancaria”.