Pendientes de la reforma tributaria internacional

El movimiento hacia gravar las ganancias en el país de destino marca un cambio de paradigma, lo que hace que el sistema sea más resistente a la erosión

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 .  (Foto: iStock)

Tras una década de debate, 138 países acordaron recientemente la primera revisión importante del sistema fiscal internacional en un siglo, lo cual, en palabras del Fondo Monetario Internacional (FMI), es un gran avance pero para cosechar sus beneficios, los países deben implementarlo, y la respuesta política óptima depende de las circunstancias de cada país.

El organismo internacional detalló que la reforma acordada en 2021 por los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos/Grupo de los Veinte Marco Inclusivo contiene dos pilares: 

  • El Pilar 1 incluye un nuevo método para asignar ganancias a países donde las empresas multinacionales pueden tener negocios significativos pero pocas (o ninguna) operaciones locales. Esto es cada vez más común cuando las empresas venden a través de canales digitales. Según el sistema existente, los países no tienen derecho a gravar dichas ganancias en ausencia de un establecimiento físico como un almacén o una fábrica en su territorio

  • El Pilar 2 introduce una tasa impositiva efectiva mínima global del 15 por ciento. Esto se hace cumplir a través de un conjunto de reglas fiscales complementarias. Por ejemplo, si un país donde se realizan las operaciones impone impuestos por debajo de este mínimo, entonces el país donde se encuentra la sede corporativa puede recaudar impuestos adicionales para alcanzar la tasa mínima
"La reforma rompe con normas centenarias. El movimiento hacia gravar las ganancias en el país de destino, es decir, donde se encuentran los consumidores finales, marca un cambio de paradigma, lo que hace que el sistema sea más resistente a la erosión de la base imponible, ya que los consumidores son menos móviles que el capital intangible, como las patentes o la tecnología.  Además, la asignación simplificada de utilidades mediante una fórmula reduce el margen para la planificación fiscal agresiva", subrayó. 

Por su parte, indicó, el 
nuevo impuesto mínimo en el Pilar 2 aborda esta carrera a la baja al poner un piso global a las tasas y aumentar la perspectiva de poner fin a la tendencia a la baja de una década en las tasas del impuesto corporativo. También reduce el traslado de ganancias a los centros de inversión. 

La menor presión para competir, incluso a través de incentivos fiscales, permite a los países diseñar mejores políticas internas. 

En ese sentido, puntualizó que la reforma sigue siendo bastante compleja y genera desafíos de implementación, especialmente para los países en desarrollo.

"Será necesaria una mayor simplificación, ya que actualmente se está trabajando en áreas importantes para este grupo de economías, como enfoques simplificados para gravar las operaciones rutinarias de mercadeo y distribución", afirmó. 

A su vez, una opción sería utilizar el alcance creado por la reducción de las presiones para tasas impositivas bajas e incentivos fiscales e introducir un sistema de impuestos corporativos con menos lagunas. Los gobiernos también podrían considerar recaudar más de otros impuestos importantes, como el impuesto al valor agregado, donde existe un potencial significativo sin explotar en muchos países. También deben invertir con urgencia en la administración de ingresos, tanto para aprovechar todos los beneficios de la reforma como para apoyar la recaudación de impuestos en general.

"El acuerdo fiscal global es un paso importante en la dirección correcta, pero aún no está operativo. Si bien el monitoreo y la evaluación son críticos y es probable que se realicen más reformas, el próximo paso más importante es que los países lo implementen rápidamente", concluyó en un comunicado