" Es decir, una combinación de políticas más equilibrada mejoraría las perspectivas de controlar la inflación y reducir los riesgos de una recesión", indicó en un comunicado.
No obstante, advirtió que esto no será fácil, en tanto, las demandas de gasto social son altas además de serios
problemas distributivos y de equidad social con los que lidiar.
Es decir, los formuladores de políticas también deberán encontrar ahorros sin recortar programas sociales clave o gastar en salud, educación e infraestructura pública."La promulgación de políticas fiscales que exijan que los ricos paguen su parte justa debería ser parte de la solución", destacó.
Concluyó que esta agenda es desafiante, pero restaurar la estabilidad de precios es primordial para proteger a los pobres y abordar de manera duradera las demandas sociales. Confiar más en la política fiscal para controlar la inflación tiene sentido desde una perspectiva macroeconómica y, si las políticas están bien diseñadas, se puede lograr de manera socialmente equitativa.