Aumento de recaudación, no es tan buena como parece: CEESP

La recaudación de ISR y de IVA fueron menores en 1.4% y 11.9%, respectivamente

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Valeria Torres

De acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) es la recaudación tributaria la que representa la solidez de los recursos fiscales recurrentes el tiempo y para mayo de 2023 registraron un crecimiento anual de 4.6% lo que podría ser una buena noticia, no obstante, persisten señales de insostenibilidad. 

Detalló que el aumento de los ingresos tributarios respondió principalmente al fuerte repunte en los ingresos por concepto de IEPS, que resultaron poco más de diez veces más elevados que los del año previo al pasar de 3.2 mil millones de pesos (mmp) en mayo de 2022 a 33.5 mmp en mayo pasado. 

“Ello, producto de la significativa disminución del estímulo fiscal a los precios de las gasolinas que se ejerció el año pasado”, subrayó. 

En ese sentido, advirtió que los rubros más importantes de impuestos cayeron en mayo respecto al mismo mes de 2022. La recaudación de ISR y de IVA fueron menores en 1.4% y 11.9%, respectivamente. 

Por otro lado, apuntó que las cifras de ingresos públicos a mayo continúan manifestando el optimismo con el que se elaboró el paquete económico 2023. Los ingresos públicos totales de los primeros cinco meses del año fueron 0.4% menores en términos reales a los del mismo lapso el año pasado, y 157 mil millones de pesos (mmp) menor a lo programado.

Por su parte, el gasto total neto aumentó en mayo 24.2% respecto a un año antes. Aunque aún es muy pronto para afirmarlo, esto sugiere un cambio de tendencia. En enero-abril había caído (-2.1%), pero el gasto acumulado crece 2.5% una vez que se incluye mayo. 

“Es posible que esto sea producto de necesidades crecientes del sector público, probablemente para atender sus programas y proyectos prioritarios”, reiteró el CEESP. 

Al tiempo, señaló que hay algunos rubros interesantes por su crecimiento anual sólo en el mes de mayo. Los subsidios, transferencias y aportaciones crecieron 176% (80 mmp), el gasto en inversión física 39% en buena medida como consecuencia de los proyectos insignia como el tren maya, y el costo financiero de la deuda se elevó en 15%, en especial como resultado del aumento de 47.8% en los intereses del gobierno federal. 

En cuanto al incipiente cambio de tendencia del gasto acumulado resaltan los gastos de subsidios, transferencias y aportaciones cuyo cambio respecto al año anterior pasa de una caída de 6.8% a un incremento de 12.8% del periodo enero-abril a enero-mayo, la inversión física (4.5% a 11.5%) y pensiones y jubilaciones (1.5% a 2.4%). Ello sugiere una aceleración en el ejercicio de los programas sociales, los programas de inversión insignia de la administración y la inercia de las pensiones. Cabe subrayar que el aumento anual del costo financiero de la deuda pública continúa creciendo fuertemente en alrededor de 50% anual. 

No obstante lo anterior, en el acumulado de los primeros cinco meses del año, las finanzas públicas continúan arrojando resultados relativamente estables. Pero también es cierto que se perciben riesgos a futuro. Por una parte, las cifras revelan la debilidad recaudatoria y fuertes presiones del gasto.  

Además, ciertamente el costo financiero de la deuda pública continuará creciendo. Y la deuda pública en sí misma también se ha elevado significativamente En los últimos doce meses la deuda en su concepto más amplio,, aumentó 826 mmp. Con esto, el sector público acumula un incremento de 3,324 mmp de deuda en lo que va del sexenio, que equivale a 11% del PIB estimado oficialmente para 2023. 

Concluyó que la evolución de las de las finanzas públicas genera señales de insostenibilidad, especialmente en la temporada electoral, cuando las presiones de gasto se agudizan.  


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