Estas dependencias tuvieron mayor sobre ejercicio presupuestario

La priorización del sector energético se tradujo en recortes significativos en áreas cruciales como salud, seguridad y protección ciudadana

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 .  (Foto: Adobe Stock)

El análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), reflejado en su documento "Cuenta Pública 2023: Prioridad en sector energético a costa del gasto social", revela una discrepancia notable entre los ingresos presupuestarios y el gasto efectuado. 

Aunque los ingresos fueron un 4.5% superiores a los registrados en la Cuenta Pública 2022, estos se quedaron un 2.5% por debajo de lo estimado en la Ley de Ingresos de la Federación, alcanzando la cifra de 7 billones 39 mil 359.8 millones de pesos.

Por otro lado, si bien el gasto total aumentó en un 2.9% con respecto al año anterior, este también resultó ser un 1.6% menor al presupuestado para 2023, ascendiendo a 8 billones 162 mil 986.8 millones de pesos. 

Estas disparidades subrayan la importancia de examinar no solo el gasto absoluto, sino también su congruencia con las proyecciones iniciales.

El análisis del CIEP arroja luz sobre una tendencia consistente en la historia reciente de las finanzas públicas, donde la política energética desempeñó un papel preponderante. 

Los mayores sobreejercicios del presupuesto se concentraron en instituciones como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la Secretaría de Energía (SENER) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), con incrementos de hasta un 323%, 263% y 149%, respectivamente, respecto a lo aprobado.

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Sector salud afectado

Sin embargo, esta priorización del sector energético se tradujo en recortes significativos en áreas cruciales como salud, seguridad y protección ciudadana, así como en la oficina de la Presidencia de la República y el turismo. 

Por ejemplo, se observó un subejercicio del 49.7% en salud, lo que afectó negativamente la atención de la población más vulnerable, con repercusiones directas en la calidad de vida y el bienestar general.

Este fenómeno del subejercicio en el sector salud se manifestó principalmente en la transferencia de recursos al IMSS-Bienestar, reflejando un desafío estructural que requiere atención inmediata. En total, la función salud ejerció un 6.6% menos de lo presupuestado, exacerbando las desigualdades y limitando el acceso a servicios esenciales para aquellos que más lo necesitan.

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