Créditos de la imágen: Diseño creado en Canva con elementos de David Gyung de Getty Images, Glyphium Artistry de Aimen Abbas de Canva
JUE 25/09
TDC 18.4312
DOM 10/08
INPC 140.8670
VIE 01/08
RECARGOS FEDERALES 1.47%
SAB 01/02
UMA 113.14
La digitalización fiscal transforma la relación entre Pymes y SAT, donde la formalidad es indispensable
Por décadas, hablar de impuestos se relacionó exclusivamente a una acción de la propia autoridad fiscal con el sector empresarial. Sin embargo, este tema ya tiene impacto en el pequeño comerciante que decide emprender ya que una mala administración y cumplimiento de las obligaciones fiscales representa duras sanciones frente al Servicio de Administración Tributaria (SAT), generando una mayor demanda en sistemas de contabilidad electrónica.
¡Descubre la experiencia de Foro IDC y adelántate a los cambios normativos!
La fiscalización digital como práctica cotidiana
En los últimos años, el SAT consolidó un esquema basado en tecnología a través del Buzón Tributario, auditorías electrónicas y un seguimiento minucioso de operaciones con un objetivo claro, no pasar por alto la supervisión fiscal en contribuyentes que perciben salarios hasta pequeñas y medianas empresas.
En este nuevo contexto, los empresarios y pequeños contribuyentes no solo deben cumplir con sus obligaciones, sino también verificar que los comprobantes fiscales que reciben se apeguen a los requisitos legales. Lo que antes era responsabilidad exclusiva del SAT, ahora forma parte de las tareas cotidianas de cada contribuyente, situación que la misma autoridad destacó que los mecanismos digitales convierten a los contribuyentes en “usuarios activos del cumplimiento”, al hacerlos corresponsables de su propia formalidad.
ÚNETE A IDC en nuestro canal de Whatsapp
La formalidad fiscal como requisito para integrarse al mercado
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que en 2024 más del 56% de las Pymes aún operaban en la informalidad. No obstante, cada vez más PyMES identifican la formalidad como una oportunidad de crecimiento en lugar de costo operativo, ya que les permite acceder a financiamiento y permanecer en el mercado como una opción frente a otras empresas.
Para alentar esa transición, el SAT implementó regímenes como el Simplificado de Confianza (Resico), que facilita el inicio de operaciones con trámites básicos, sin necesidad de llevar contabilidad electrónica y con una carga fiscal más ligera.
Asimismo, una pequeña o mediana empresa que sí cumple con sus obligaciones fiscales difícilmente concreta negocios con proveedores que no emiten facturas electrónicas o que no están al corriente frente al SAT.
El objetivo de las empresas no es únicamente pagar impuestos, sino generar valor, crecer y crear empleos. Sin embargo, la carga tributaria exige eficiencia, y esta solo puede alcanzarse con apoyo de herramientas digitales.
Plataformas en la nube, sistemas de gestión y soluciones automatizadas permiten que las PyMES cumplan en tiempo y forma sus obligaciones, mientras que los contadores se concentran en el análisis estratégico en lugar de destinar esfuerzos en procesos repetitivos. De acuerdo con el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), la digitalización ha modificado la labor contable, que ahora se orienta más hacia la consultoría y la planeación.
Con la tecnología como aliada, la ruta hacia la formalidad es más accesible y representa la oportunidad de crecer sin perder de vista el objetivo central de fortalecer los negocios.
¿Quieres saber más? ¡Sigue a IDC en Google News!