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INPC 141.7080
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RECARGOS FEDERALES 1.47%
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Aplicar incentivos tributarios es pieza clave para alcanzar la sustentabilidad ambiental en América Latina
En el contexto actual donde es evidente los efectos del cambio climático y el esfuerzo por una transición ecológica, los sistemas tributarios de América Latina y el Caribe enfrentan una nueva exigencia, contribuir activamente a la sostenibilidad ambiental.
Si bien, la finalidad de la política tributaria es la recaudación de recursos para el financiamiento del Estado, también cumple un papel fundamental para alcanzar metas extrafiscales, como incentivar prácticas económicas alineadas con la conservación ambiental, en donde México no puede quedarse atrás.
La importancia de incentivos tributarios para la conservación ambiental
De acuerdo con el Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2025, que publicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los gobiernos deben utilizar incentivos tributarios como mecanismos para promover conductas que favorezcan la sostenibilidad.
Los instrumentos más comunes incluyen exenciones, deducciones, créditos fiscales, tasas reducidas y diferimientos, enfocados principalmente a siete sectores clave para la transición verde como lo son:
- Transición a energética
- Electromovilidad
- Economía circular
- Bioeconomía
- Agricultura para la seguridad alimentaria
- Gestión sostenible de agua
- Turismo sustentable
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No obstante, la CEPAL advirtió que la implementación de los beneficios fiscales requiere un enfoque técnico riguroso, dado que implica una renuncia a la recaudación llamado gasto tributario que genera efectos colaterales sobre eficiencia y transparencia del sistema fiscal de cada país.
Aplicación de incentivos tributarios en América Latina y México
Aunque el uso de incentivos fiscales ambientales no es nuevo, su medición y evaluación es todavía incipiente en la región. Países como Costa Rica, Nicaragua y Honduras comenzaron a incorporar en sus informes oficiales una clasificación del gasto tributario con incidencia ambiental, diferenciando entre impactos positivos, neutros y negativos.
En Nicaragua, el 94% de los incentivos con impacto ambiental positivo estuvo orientado al fomento de las energías renovables, mientras que en Costa Rica destacó los beneficios para vehículos eléctricos y la conservación de bosques. Estas medidas reflejan una alineación más directa entre política tributaria y metas climáticas.
No obstante, uno de los principales retos es la información limitada que comparten los países, lo que impide hacer una comparación entre los esfuerzos de cada nación o definir un marco regulatorio general.
La CEPAL enfatizó que no se trata solo de aplicar beneficios tributarios por su simple naturaleza, sino de asegurar que estos tengan un impacto efectivo y coherente con los objetivos de desarrollo en cada país.
Incentivar la inversión en sectores como energías limpias, agricultura sostenible o turismo responsable no solo contribuye al medio ambiente, también genera empleo, reduce desigualdades y mejora la competitividad económica.
En este punto, México enfrenta grandes retos para abarcar más sectores que promuevan el desarrollo sostenible. Del total de las siete categorías antes mencionadas, nuestro país sólo tiene presencia en tres sectores que son transición energética, electromovilidad y bioeconomía, comparado con Ecuador y Costa Rica cubren seis áreas clave.
Por ello, más allá del incentivo puntual, la clave está en desarrollar un sistema tributario coherente con la sostenibilidad ambiental, donde los beneficios fiscales respondan a criterios técnicos y metas claras.
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