Minimice el impacto fiscal del precio del dólar

Estrategia a seguir ante la volatilidad de esa divisa

C.P. Óscar Ortiz Molina, Socio Líder de la Industria Financiera de Ernst & Young
 C.P. Óscar Ortiz Molina, Socio Líder de la Industria Financiera de Ernst & Young  (Foto: Redacción)

La baja en el precio del petróleo, las tasas de interés vigentes en México, el fortalecimiento de la economía estadounidense y la desaceleración de China, entre otros factores económicos globales, han traído consigo una devaluación del peso mexicano frente al dólar estadounidense.

Esta situación, sin lugar a dudas, está ocasionando que las empresas mexicanas, primordialmente las que utilizan insumos importados, padezcan un incremento en el costo de sus materias primas y, en consecuencia, consideren trasladar este efecto a los consumidores.

Con esto, mientras los exportadores ganan con la subida de la divisa, los importadores pierden, pues las compras que realizan en el exterior les resultan más costosas, por ende, tendrán que traspasar ese costo al consumidor final para conservar sus márgenes de utilidad.

Si bien se ha hablado mucho respecto al impacto de la reciente fluctuación del tipo cambiario, la realidad es que la devaluación del peso frente al dólar no afecta solo a quienes negocian con divisas, pues en el mediano y largo plazo, los efectos de las alzas y bajas se recienten en los bolsillos de los consumidores.

Los C.P. Óscar Ortiz Molina, Socio Líder de la Industria Financiera; y Allen Saracho Carrillo, Socio de Impuestos, ambos de la firma Ernst & Young México, comentan el efecto financiero y tributario de tal situación, así como algunas medidas para blindarse ante ello.

Efecto para los consumidores

Activos y pasivos

En el ámbito financiero, las empresas deben valorizar el efecto generado por sus activos y pasivos denominados en dólares, lo cual conlleva el reconocimiento de la fluctuación cambiaria que se reflejará en una utilidad o pérdida.

En el escenario tributario, las corporaciones deben reconocer el impacto por la devaluación del peso frente a otras divisas. En términos generales, esto se traduce en una ganancia cambiaria acumulable o pérdida cambiaria deducible, dependiendo de sus activos o pasivos en dólares y un alcance inflacionario de los mismos.

Es decir, las cuentas por cobrar en dólares generan una utilidad cambiaria resultante de la comparación entre la valuación inicial de la cuenta por cobrar y la valuación que tenga la divisa al momento de su liquidación o al cierre del ejercicio, la cual de ser más alta, se verá reflejado en una utilidad cambiaria.

Por otra parte, las cuentas por pagar tendrán un efecto financiero y fiscal contrario al de los activos, o sea, en la medida que se devalúe la moneda mexicana frente al dólar, se reconocerá una pérdida cambiaria por la diferencia entre la valuación inicial y la que tenga el dólar al momento de su liquidación o al cierre del ejercicio, la cual (de ser más alta) ocasionará más dinero para pagar los mismos dólares, hecho que se traduce en una pérdida.

Financiamiento extranjero encarecido

De igual forma, es previsible que el financiamiento proveniente del extranjero se encarezca y las personas morales enfrenten un ambiente de volatilidad posiblemente no previsto cuando pactaron la deuda, sobre todo por los pasivos a mediano y largo plazo, cuyo valor en pesos es superior al que inicialmente se convino.

Como se mencionó, los efectos cambiarios que afectan el valor de los créditos y las deudas concertadas en moneda extranjera, se traducen en ingresos y deducciones para efectos fiscales. Uno de los componentes que los impactan es la cuestión inflacionaria.

Ajuste inflacionario

En este contexto, las disposiciones tributarias prevén efectuar un ajuste inflacionario basado en los activos (créditos) y pasivos (deudas) denominados en moneda extranjera. Para ello es necesario determinar el valor promedio de los créditos y deudas en moneda extranjera considerando la paridad existente al primer día de cada mes. Como resultado, las empresas pueden generar una pérdida inflacionaria deducible, en el caso de los créditos, y una ganancia inflacionaria acumulable tratándose de las deudas.  

PTU perjudicada

De igual forma, en la medida en que se incrementen los ingresos y deducciones de la entidad debido al efecto cambiario, la base para la determinación de la renta gravable para la participación de los trabajadores en las utilidades (PTU) se verá afectada, una vez más en función de la posición activa o pasiva de la sociedad.

Repercusión en el IVA

Otro rubro afectado por el tipo de cambio es el pago del IVA (este se efectúa hasta que se cobren las contraprestaciones).

En las operaciones pactadas en moneda extranjera, la devaluación repercute en el IVA en las transacciones a crédito, como sucede en los bienes y servicios denominados en dólares valuados al tipo de cambio en que se liquiden, y con ello se afecta el precio final trasladado al consumidor.

Cómo protegerse ante el aumento del dólar

Uno de los medios más efectivos con el que cuentan las compañías para cubrirse del efecto cambiario aludido, es mediante la celebración de operaciones financieras derivadas que permiten conocer por anticipado el número de pesos que necesitarán para liquidar sus deudas, o el número que recibirán de sus cuentas por cobrar en moneda foránea.

Con la concertación de ese tipo de transacciones, en específico las de cobertura, las personas morales pueden asignar techo a la ganancia y piso a la pérdida.

Los derivados de tipo de cambio sirven para administrar el riesgo de una entidad y permitir la diversificación de inversiones. En términos generales, las operaciones financieras derivadas son contratos que generan derechos y obligaciones para las partes involucradas.

Si se tiene una deuda en dólares, es conveniente fijar hoy el precio de la divisa, de esa manera, si dentro de algunos meses el dólar sube o baja, quien hizo la transacción no tendrá que preocuparse por el valor futuro de esa moneda, al saber de antemano cuántos pesos va a recibir por las divisas que obtendrá como pago.

Básicamente, existen cuatro tipos de derivados financieros: forwards, futuros, swaps y opciones, cada uno con variantes y distintos niveles de complejidad.

Opciones

Por ejemplo, las opciones son contratos mediante los cuales se estipula (para el adquirente) el derecho, más no la obligación, de comprar o vender un bien subyacente a un precio determinado, denominado costo de ejercicio, en una fecha o periodo señalados.

La parte que compra paga una prima por la adquisición de esta, y a su vez obtiene un derecho, más no una obligación; quien recibe la prima (vende la opción) y adquiere la obligación de comprar o vender el bien.

La liquidación de la opción, en el evento de que ésta sea ejercida, podrá hacerse en especie o en efectivo de acuerdo con las condiciones pactadas en el contrato.

Momento para reconocer sus efectos

Las personas que celebran operaciones financieras derivadas reconocerán sus alcances fiscales en los siguientes momentos, cuando se:

  • hagan liquidaciones parciales
  • enajenen los derechos asociados a estas transacciones o a su vencimiento

No obstante, cuando las personas las celebren referidas a una divisa efectuarán una valuación de las mismas para efectos fiscales.

Para ello, las empresas que al 31 de diciembre tengan pactadas operaciones de esa clase llevarán a cabo una valuación tomando como referencia el tipo de cambio del 31 de diciembre del año que se trate y el de la fecha de concertación, situación que provoca anticipar una utilidad o una pérdida, según corresponda.

¿Qué esperar en el corto plazo?

A pesar de que ese tipo de instrumentos financieros operan desde el siglo pasado, cada día se generaliza más su uso.

Asimismo, los reguladores (Banco de México y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores) han publicado reglas para dar mayor seguridad y transparencia en el mercado, mediante procedimientos para garantizar el cumplimiento de las obligaciones por parte de los integrantes del mercado.

Esta tendencia nos lleva a pensar que el mercado hará uso, cada vez más, de estas medidas, sobre todo en situaciones como las actuales al requerirse una cobertura si se pactan transacciones en una divisa distinta del peso y existe volatilidad en los mercados.

Sin duda, el adecuado uso de los instrumentos financieros permitirá a las empresas y  personas físicas anticiparse y cubrirse de los riesgos o cambios que pueden ocurrir en el futuro, con la finalidad de reducir el impacto del aumento de las monedas.

Comentario final

El aumento del precio del dólar frente al peso genera ciertas distorsiones en el ámbito financiero y fiscal que pueden reducirse si se pactan operaciones financieras derivadas de cobertura, además de contar con la asesoría de especialistas a fin de superar los conflictos generados por la volatilidad de la divisa.