Menor logra amparo contra el bullying

Se otorgó la protección de la justicia federal por la omisión y tolerancia de las autoridades educativas

 Datos de la UNAM revelan que 32% de los niños que trabajan lo hacen 35 horas o más  (Foto: Redacción)

Redacción

Por primera vez en la historia jurídica del país, una menor de edad obtuvo un amparo que la protege del acoso escolar que sufre en un centro educativo, informó el Consejo de la Judicatura Federal en un comunicado.

El Juzgado octavo de distrito en materia administrativa en el Distrito Federal concedió la protección de la justicia a una menor víctima de bullying, debido a que las autoridades educativas han sido omisas y tolerantes con este tipo de conductas.

El amparo se otorgó “contra las omisiones de las autoridades educativas federales que han producido tolerancia del bullying entre alumnos, y que no adoptaron las medidas necesarias para proteger la integridad personal de la afectada, en relación a posibles riesgos de abusos a sus derechos fundamentales dentro de la escuela pública en la que estudia”, precisó el comunicado.

Una vez presentada la demanda de amparo por el representante de la menor, el juez dictó diversas medidas cautelares para proteger a la niña del acoso escolar, “entre ellas, que se identificara la situación de forma clara y precisa; se informara tanto a la familia de la menor acosada, como a la del menor que es identificado como aquel que genera la afectación respectiva; así como al conjunto de profesores”.

De igual forma, el juzgador consideró que los actos sufridos por la menor son violatorios de los derechos fundamentales establecidos en el artículo 8 de la Constitución, así como de los preceptos referentes al interés superior del niño previstos en los tratados internacionales.

La resolución, que se sustentó en la Convención sobre los Derechos del Niño, en criterios jurisprudenciales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y los tratados internacionales en la materia, ordena además que a la menor le sea asignada una persona (mujer) del plantel educativo para protegerla, de manera discreta.

Esa misma persona deberá vigilar los espacios comunes de encuentro de la menor con sus compañeros, es decir, durante las entradas, cambios de clase, recreos y almuerzos, a fin de evitar el acoso escolar.

También las autoridades del centro educativo deben escuchar a la niña para que se exprese sobre las medidas que se han tomado, y si es su deseo cambiar de grupo, o si han subsistido las agresiones a su persona.

A su vez, las autoridades responsables, en este caso directivos de la escuela y de la Secretaría de Educación Pública (SEP), deberán informen mensualmente al representante de la menor sobre las medidas que se sigan adoptando para salvaguardar la integridad de la niña.

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