Por Allan Morgan
La forma en la que se administra un consorcio constituye uno de los principales problemas a los que se enfrentan los emprendedores, en especial aquellos que deciden iniciar una pequeña o mediana empresa. De hecho, actualmente la gran disyuntiva en los negocios es decidirse a utilizar un gobierno familiar o uno corporativo.
En México existen aproximadamente cuatro millones 15,000 unidades empresariales, de las que el 99.8% son pequeñas y medianas empresas (Pymes) que generan 52% del Producto Interno Bruto (PIB), y el 72% del empleo en el país, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De esa cifra, solo dos de cada 10 negocios consiguen sobrevivir a su tercer año de operación, debido –principalmente- a la mala administración que se tiene dentro de esos establecimientos, pues casi en el 80% de los casos las Pymes son regidas por familiares que no tienen conocimiento del mercado, o simplemente no cuentan con la asesoría necesaria para hacer que el negocio trascienda, y sobre todo, perdure.
El presidente del comité técnico nacional de emprendimiento del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Jesús Bush, asegura que una de las maneras más sencillas para evitar este problema es realizar el cambio de un gobierno familiar a uno corporativo, ya que con este se incrementa la capacidad del negocio.
“Esta práctica se está institucionalizando en todo tipo de Pyme, (…) uno de los elementos que van a beneficiar la competitividad de las empresas es un gobierno corporativo estable”, recalcó el especialista.
En ese tenor, mencionó que hoy en día para solicitar un financiamiento para la creación de un nuevo negocio es necesario demostrar que se cuenta con un sistema gerencial, en el que se detallen los ingresos obtenidos y resultados que registra la empresa.
“Hay muchos retos para las Pymes actualmente, pero sin lugar a dudas el principal es sobrevivir y ser sostenibles, porque el mercado es muy volátil y no está siendo del todo claro a favor de los nuevos negocios”, aseveró.
De acuerdo con un informe del grupo Banamex, solo el 15% de las Pymes en el país están a cargo de la tercera o cuarta generación de fundadores, mientras que el 85% se encuentra bajo la dirección del creador del negocio.
Esto significa que el mercado empresarial mexicano continúa siendo tradicionalista, ya que contratar a un director ajeno a la familia iniciadora no es una práctica común en el país, según el documento de la institución financiera.
Al respecto, el coordinador general de planeación estratégica, evaluación y seguimiento del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), Alejandro González Hernández, considera que a pesar de que predominan las empresas familiares, estas no deben ser consideradas en forma negativa, al contrario, deben ser apoyadas para que en su momento realicen una adecuada transición a la profesionalización de sus sistemas.
De igual forma, indicó que en términos de crecimiento existe una correlación inversa entre las Pymes que tienen un gobierno corporativo y las que no: las primeras se desarrollan, mientras que las segundas suelen enfrentar muchos problemas.
“Sin que sea algo que debamos satanizar, definitivamente si sería recomendable que nuestro país avanzara a la parte de un gobierno corporativo”, aseveró el funcionario.
En ese tenor, el especialista del IMEF, menciona que casi el 70% de los emprendimientos son muy tradicionales, tanto en las estrategias internas que manejan, como en las sucesiones de poder, puntos que afectan directamente en el tiempo de vida de los negocios.
De hecho, en México sobreviven menos del 1% de las Pymes familiares de tercera generación, esto se debe a la falta de profesionalización del negocio, la poca capacitación que existe, y a la no generación de emprendimiento de alto impacto o innovación.
El coordinador del INADEM asegura que una de las principales causas de la baja productividad y la incorporación de nuevas metodologías en las empresas es justamente la falta de capacidades gerenciales.
“Cuando se tiene una empresa familiar ésta va evolucionando, pero mientras no se tenga el personal adecuado o una capacitación constante, pues evidentemente las capacidades de crecimiento se reducen” subrayó.
No obstante, la mayoría de los consorcios del país están adoptando por iniciativa propia un sistema institucionalizado, debido a que este les permite un mayor rendimiento del negocio, y al mismo tiempo incrementa los beneficios y el acceso a programas de financiamiento.
Como se sabe, el principal gobierno que aún existe entre las Pymes en México es el familiar, es necesario que ese tipo de organizaciones busque mentores que los guíen para una correcta planeación y administración de la empresa, a fin de evitar la quiebra.
Si consideramos que siete de cada 10 empleos en el país son generados por las pequeñas y medianas empresas, cobra una mayor importancia la necesidad de modernizar sus sistemas y estrategias, a fin de que la estabilidad de los patrones se refleje en el bienestar de la población.