Recientemente asistí a un seminario de compliance para las empresas, y dentro de este se insistió mucho en el tema del gobierno corporativo. ¿Existe una definición legal?
No la existe, pues la figura del gobierno corporativo no está regulada per se en la legislación mexicana, sino que solo se reconoce la obligación de adoptar ciertas prácticas dentro de las compañías que ayuden a garantizar su legalidad y transparencia operativa.
Para intentar desentrañar cuál es su concepto, es posible atender la definición de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico: es el sistema por el cual las sociedades son dirigidas y controladas. Su organización especifica la distribución de los derechos y responsabilidades entre los diferentes participantes de las mismas, tales como el director, los gerentes, los accionistas y otros agentes económicos que mantengan algún interés en la empresa.
El gobierno corporativo también provee la estructura a través de la que se definen los objetivos de la empresa, los medios para alcanzarlos, así como la forma de darle un seguimiento a su desempeño.
Comprende al conjunto de aspectos de organización y regulación entre los accionistas o socios, consejo de administración y la dirección ejecutiva. Su implementación a lo largo de estos tres ejes se presenta con la finalidad de que su participación represente un contrapeso en la administración del negocio.
Al dirigirse el rumbo de una corporación a través de estos mecanismos, se incrementan una serie de valores:
- equidad entre accionistas
- transparencia y rendición de cuentas
- revelación de información
- metas de crecimiento estable
- coordinación equilibrada entre inversionistas, socios, administradores y directivos
Estos conceptos resultan atractivos para retener su capital financiero y para atraer nuevas inversiones, pues supone que el sistema operativo de la sociedad delimita las responsabilidades de sus participantes, asigna los objetivos por metas e indicadores señalados en un plan de negocio y estandariza la misión, visión, valores éticos, políticas corporativas y mejores prácticas empresariales.
Las compañías que han dado un paso al panorama de cultura empresarial que representa la gobernabilidad corporativa, han puesto especial interés en crear consejos integrados por profesionales independientes o ajenos a las mismas, de modo que las auditorías se tornen autónomas y más transparentes, ya que su desenvolvimiento no está supeditado al interés de los accionistas o administradores, sino solo se limita a reflejar la realidad del negocio.
Inclusive, su adopción ha tomado desde hace varios años un impulso notable, toda vez que un gobierno corporativo adecuado garantiza que las empresas puedan hacer frente al escenario de incertidumbre, volatilidad y competencia que implica el mercado mundial, al fijar estándares regulatorios, contables y de administración aceptados a nivel internacional.