La inflación está sujeta a riesgos que podrían impactarla en un mayor nivel si la depreciación del tipo de cambio persiste o se acentúa, reveló el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados.
En el análisis “Evolución de la inflación-enero 2016”, el CEFP argumentó que lo que podría propiciar una menor inflación serían las reducciones en los precios de algunos insumos de uso generalizado (telecomunicación y energéticos) y una apreciación de la moneda nacional.
Por otro lado la política monetaria, la holgura en la economía y los efectos sobre los precios al consumidor que tuvieron reducciones adicionales en los costos de insumos de uso generalizado, ayudaron en el comportamiento favorable de la inflación.
La variación de los precios se explicó, sustancialmente, por el incremento del costo de frutas y verduras, como jitomate, calabacita, cebolla y plátanos, que contribuyeron con 0.246% de la inflación; las tarifas autorizadas por el gobierno que aportaron 0.06%, y los alimentos procesados que representaron 0.05%.
El incremento de los precios no fue mayor debido a la disminución en el valor de los energéticos, que cooperaron con -0.077% y el de otros servicios (turísticos en paquete, de telefonía móvil y transporte aéreo) que contribuyeron –0.013%.
Se espera que la inflación general cierre en 2016 con niveles cercanos a 3% y en 2017 se estabilice alrededor de dicho nivel, lo que reflejaría el efecto aritmético de la reversión de algunos choques de oferta favorables que tuvieron lugar en 2015 y del impacto de la depreciación del tipo de cambio en los precios de algunos bienes.