Los riesgos fiscales aumentan a escala global, pues dichas posiciones empeoraron desde la publicación del informe Monitor fiscal 2015 elaborado por el FMI, y en la mayoría de los países se revisó los coeficientes de deuda pública para reflejar su aumento.
Un resultado fue que las revisiones más fuertes corresponden a las economías de mercados emergentes y de ingreso mediano, cuyos coeficientes de déficit fiscal para el período 2015-2016 superarían los niveles observados a principios de la crisis financiera mundial, mientras que las economías avanzadas continúan vulnerables en un contexto de altos niveles de deuda pública baja inflación y un crecimiento débil.
Para las economías avanzadas, el riesgo de un crecimiento persistentemente débil y de baja inflación dificulta la reducción de los coeficientes de deuda, además, el calendario electoral o la parálisis política podrían complicar la implementación de políticas o desalentar la adopción de medidas enérgicas en varias economías importantes en 2016.
Es por ello que el Fondo Monetario Internacional (FMI) exhortó a tener una política fiscal preparada para apuntalar la demanda y dar impulso a la política monetaria cuando sea necesario.
El énfasis debe ponerse enmedidas fiscales que promuevan el crecimiento como la inversión en infraestructura. Sin embargo, en países donde no es posible aplazar la consolidación fiscal, su ritmo y composición deben calibrarse de modo de reducir los efectos negativos que pueda tener sobre la actividad económica a corto plazo.
“Si ocurre una fuerte caída del crecimiento mundial, será necesario responder con políticas multilaterales ágiles y enérgicas tanto desde la demanda como desde la oferta en las economías más grandes a fin de ayudar a cortar la espiral descendente de estancamiento económico, baja inflación y aumento de los coeficientes de deuda pública”, puntualizó el FMI.
Asimismo, añadió que los países exportadores de petróleo, deben fortalecer sus marcos fiscales para evitar la prociclicidad de la política fiscal, al tiempo que generan defensas adecuadas para enfrentar la elevada volatilidad de los ingresos fiscales.
Sugirió que las economías de mercados emergentes y en desarrollo, deben invertir en educación, infraestructura e instituciones para facilitar la imitación y la incorporación de tecnologías de las economías avanzadas.
“Muchos países sacrifican su base recaudatoria concediendo incentivos tributarios costosos para atraer la inversión extranjera, pero la evidencia indica que estos incentivos no son muy eficaces”, finalizó el organismo internacional.
