Por Ariadna Ortega
La figura del fiscal anticorrupción debe ser una persona capaz de desmantelar redes de corrupción, tener expertise en materia económica y ser independiente de los partidos políticos, consideraron expertos y legisladores.
El director general de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez, explicó esta figura debe tener en claro que para un acto de corrupción de un servidor público tiene que haber una contraparte privada con la que se haya formado una red de corrupción, por lo que debe tener habilidades para desmantelarla y no solo generar “chivos expiatorios”.
Señaló que “el nuevo fiscal tiene que tener muy claro eso, que no se espera que encuentre un chivo expiatorio o a un funcionario que satisfaga la sensación de corrupción impunidad y que por lo tanto se le investigue, sino que sea capaz de desmantelar para siempre una red que ha tomado control a veces del gobierno de un estado o de una dependencia del gobierno”.
Al respecto, el investigador del Centro de análisis y políticas públicas México Evalúa, Marco Fernández, consideró que la persona en el cargo debe tener capacidad técnica, los conocimientos jurídicos y la independencia política para hacer correctamente las investigaciones.
Las habilidades y aptitudes consideradas “idóneas” para el cargo son:
- inteligencia financiera suficiente para detectar anomalías de los procesos de compras
- analítica en las auditorias forenses
- dominar la parte tecnológica para detectar redes de corrupción
- y armonía en la colaboración con otras agencias, como la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública.
Otras consideraciones
En septiembre se espera la asignación del nuevo fiscal por parte del Senado de la República; en ese sentido, los panistas consideraron este debe ser avalado por la tercera parte de los senadores, el cual debe ser ajeno e imparcial ante los partidos políticos.
El integrante de la comisión Anticorrupción y Participación Ciudadana, Armando Ríos Piter consideró que la persona debe tener “una gran reputación, capacidad técnica y que cuente no solo con el aval de las fuerzas políticas sino con el de la sociedad” y la incorporación de un equipo carente de amistades o “compadres”.
Con información de Expansión