Por Jesús Coronado
La Gran Muralla China tenía como finalidad detener el avance de los mongoles hacia el territorio chino. Sin embargo, en la actualidad esa barrera ya no es física, existe a nivel virtual ya que países como Estados Unidos y Rusia han construido sus propios cortafuegos en Internet.
Si bien algunos norteamericanos son críticos ante la idea de construir un muro fronterizo entre su país y México, alegando diferentes violaciones, no deben olvidar que su gobierno ya ha implementado muros, si bien no físicos sí virtuales.
Los firewall o cortafuegos son muros de seguridad virtuales que se ponen en las redes. Varias empresas recurren a ellos para evitar el acceso no autorizado a sus redes.
Algunas naciones para utilizarlos combinan una serie de técnicas, como el envenenamiento de DNS, es decir, intentan buscar la página web en un lugar equivocado impidiendo la conexión, el bloqueo del acceso a determinadas direcciones IP, mediante el análisis y filtrado de direcciones URL o mediante la inspección y filtrado de paquetes.
Los impulsores de la implementación de barreras alegan que los gobiernos tienen el derecho e incluso la responsabilidad de que su legislación se aplique e Internet no es una excepción a ello. Los detractores señalan que se trata de una nueva forma de censura y por ende, de coartar la libertad de expresión.
En los últimos años son cada vez más los países que han establecido algún tipo de restricción o límite al acceso a determinados contenidos de Internet. En su mayoría se sustentan en que los muros son implantados para asegurar los derechos de propiedad intelectual, proteger la seguridad nacional, preservar valores culturales y religiosos y blindar a los menores de la pornografía y la explotación sexual. No obstante, hay dudas cuando dichas barreras son impuestas por países como China, Irán, Pakistán o Rusia, ya que existen intereses económicos o políticos detrás de esas acciones. Tailandia lo instauró en 2015.
China en años recientes ha implementado el cortafuegos conocido oficialmente como proyecto Golden Shield, el cual censura el acceso a Internet y bloquea varios sitios web extranjeros mediante una serie de trucos. Dicho proyecto es considerado el más grande, extenso y avanzado, emulando a la Gran Muralla China.
Ser crítico con el gobierno o contrario al Partido Comunista o utilizar palabras claves incluidas en la lista negra estatal como “Tiananmen”, son algunas de las razones del bloqueo. Twitter es uno de los sitios restringidos, por lo que se obliga que los ciudadanos empleen alternativas como Sina Weibo, facilitando que el gobierno sea capaz de controlar las redes sociales. En greatfirewallofchina.org se puede consultar que páginas web se encuentran permitidas o no.
Los chinos no son una excepción, según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, 72 países de los 193 miembros tienen lo que se denomina una estrategia de ciberseguridad nacional; muchos son planes que intentan mejorar la seguridad cibernética y la protección de las infraestructuras críticas y garantizar la seguridad y el bienestar económico.
Rusia es otro caso significativo en donde el Servicio Federal de Inspección de Medios de Comunicación, llamado Roskomnadzor, bloquea el acceso a 2,132 sitios y al menos 56,000 más lo están sencillamente porque comparten la dirección IP de alguna de las incluidas en la lista negra. La legislación rusa permite a las agencias estatales restringir páginas web sin orden judicial si fomentan el extremismo, el suicidio, la drogadicción o concentraciones de protesta no autorizadas.
Por su parte, Estados Unidos cuenta con una lista negra de sitios internacionales que infringen derechos de propiedad intelectual. Adicionalmente, la Patriotic Act contempla la vigilancia estatal en Internet en beneficio de la seguridad nacional. Con ello se puede afirmar que los gobiernos occidentales no comparten del todo la censura pero si coinciden en que es aceptable la aplicación de algún tipo de filtrado en Internet.
En México han existido diversas propuestas legislativos por regular algo semejante. Sin embargo, han sido malogradas en su mayoría por su deficiente contenido. Los avances de la tecnología permiten que sea posible realizar un seguimiento de las comunicaciones electrónicas de los ciudadanos. En consecuencia, la seguridad es cada vez más importante para los gobiernos pero también para los ciudadanos.
Se ha discutido bastante sobre si el acceso a Internet es un derecho fundamental pero también no se debe omitir como sería acotado y cuáles son los límites permisibles, en virtud de que existe una delgada línea para distinguir cuando se bloquea un acceso por cuestiones de seguridad o protección de derechos o por razones económicas o políticas.