Por Estefanía Camacho
Si el gobierno quisiera contrarrestar la inflación, que podría llegar a niveles de 5.5% en 2017 -la tasa más alta en 17 años-, lo haría beneficiando a productores a través de diferentes mecanismos de internacionalización o comercio exterior que tenga México con otros países, en lugar de proponer la compra a empresas nacionales y reemplazar la importación de productos básicos, coincidieron expertos.
El pasado 22 de enero, los senadores Fernando Yunes Márquez y Luisa María Calderón Hinojosa del PAN, presentaron un punto de acuerdo para promover la estabilidad en los precios de los productos básicos, a través de la compra gubernamental a productores nacionales, especialmente a pequeños productores y no mediante la importación de básicos.
“Es una mala estrategia. Si se quiere combatir el fuego con fuego, quienes van a sufrir serán los consumidores porque lo que buscan es un producto que satisfaga sus necesidades y éstos se encuentran en el ámbito internacional. Intentar cerrar las economías es una medida nada atractiva”, consideró el economista y jefe del Departamento de Teoría Económica y Economía Pública de la UNAM, Miguel Cervantes Jiménez.
La inflación para 2017 tiene previsto un incremento anual de hasta 2.14%, sin embargo, se trata de un año atípico donde se observó el encarecimiento en bienes primarios, afirmó el maestro Gerardo Aparicio Yacotú, Director de la carrera de Finanzas de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana.
“También habrá que asimilar posibles precios variables que en un momento determinado hacia 2018 o 2019, a más tardar, podrían tener un beneficio en la parte de las tasas de interés. Esa parte de poder revisar una inflación hacia arriba es evidente, mas nunca una situación crítica que pueda significar una necesidad de implementar nuevas acciones o actividades por parte del banco central o de la SHCP”, consideró el académico de la UP.
Ambos académicos determinaron que la compra-venta o el consumo de productos no recaen en una situación de nacionalismo sino, de favorecer la calidad y los precios.
“Si el gobierno toma estas medidas, lo que hará es restringirse la adquisición de bienes. Aunque es importante que las compras de gobierno sí estén concentradas a productores nacionales, pero siempre garantizando estándares de calidad”, acotó por su parte Cervantes Jiménez.
Además propuso que, si el gobierno quiere ayudar a los productores nacionales la mejor forma para hacerlo es disminuyendo los impuestos, porque podría incrementar el gasto en familias, -aunque diversas instituciones han evaluado la eficacia del gasto público y demostraron el corto alcance de estos programas establecidos-.
“Es mejor que nos quiten impuestos a la ciudadanía para que podamos comprar mercancías y convertir un círculo virtuoso entre consumidores y productores”, determinó el experto de la UNAM.
Inflación, afecta a los que menos tienen
Aunque el precio de las gasolinas aumentó de manera distinta en ciertas regiones del país, el peso de este cambio no debería ser tan amplio a nivel nacional, pues la gasolina –en conjunto de todos los insumos- solo participa en un centavo por cada 100 pesos. Sin embargo, hay una actividad relevante en donde sí tiene peso para las familias, el transporte.
“Si nosotros observamos algunos precios de transporte, el alza en algunos casos ha sido obscena, se ha manifestado de hasta 30% lo cual significa cerca del 20% del gasto de las familias e implica que la inflación se va a ir con un peso mucho mayor”, explicó Miguel Cervantes.
Aseveró que esto ocasionará alzas en las tasas de interés que afecta a lo que menos tienen.
“Aquellos que tienen ingresos medios y altos se pueden cubrir a través del sistema financiero, sin embargo las familias de menores ingresos no tienen acceso a los ingresos financieros. Vamos a ver una mayor agudeza en la pobreza, porque las personas cuando tienen escasos ingresos, comen para satisfacerse, para llenarse y no para nutrirse. Los vamos a ver más pobres y con mayores problemas de obesidad y nutrición”, argumentó el especialista.
Por otro lado, Gerardo Aparicio Yacotú de la UP, analizó que se trata de un factor bastante manejable que podría ocasionar un poco de alarma con algunos participantes de la economía, pero si lo comparamos con términos de países similares a nosotros, como el caso de Brasil, donde su tasa de inflación ya rebasa los dos dígitos, es controlable.