Formalizar a un trabajador en América Latina cuesta el 39% de lo que produce, pues los costos en general para este proceso son demasiado elevados respecto a su productividad, señaló el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Al presentar el diagnóstico “Empleos para crecer”, el organismo también puntualizó que este factor junto con una alta rotación laboral reduce el bienestar y lastran la productividad de la región. En ese aspecto, informó que solo dos tercios de los trabajadores permanecen más de un año en el mismo puesto de trabajo frente al 85% en los países de la OCDE.
La publicación además concluye que una educación de baja calidad propicia relaciones laborales muy frágiles en las que las empresas no invierten lo suficiente en la formación continua de sus empleados. Así, se perpetúa un círculo vicioso de empleos de mala calidad y baja productividad del trabajo.
El estudio recomienda adoptar políticas laborales enfocadas en dos áreas para lograr una mayor productividad en el trabajo:
1) la promoción de empleos formales, a través de más y mejor inversión en servicios públicos de empleo, mejores programas de capacitación para jóvenes y personas con dificultades para insertarse en el mercado laboral, mayor protección durante el desempleo y una fiscalización adecuada
2) una mayor estabilidad laboral y productiva, que se materialice en más inversión en formación del trabajador, y una regulación efectiva de los despidos.