Por Estefanía Camacho
La violencia económica hacia las mujeres en el hogar es la segunda más común entre la población mexicana (28.8%), antecedida por la emocional (40%) y seguida por la física (21.4%). Sin embargo, este tipo de agresión también se da en el ámbito laboral.
La violencia económica consiste en los actos que implican control de los ingresos, el apoderamiento de los bienes propiedad de la otra parte, la retención, menoscabo, destrucción o desaparición de objetos, documentos personales, bienes, valores, derechos o recursos económicos de las personas o de un integrante de la familia, de acuerdo con María de Montserrat Pérez Contreras, autora del libro "Derecho de familia y sucesiones" del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
En México la participación de las mujeres en el mercado laboral se incrementó en los últimos años al pasar del 33% al 38.2% de la Población Económicamente Activa (PEA) entre 1995 y 2012. Pero la tasa de participación de las mujeres en edad de trabajar apenas asciende al 43% frente al 77% de los hombres.
En el ámbito laboral la violencia económica es cuando existe una baja en el sueldo de la empleada sin ninguna razón, o que lo justifican con ineptitud y no tienen ninguna forma de comprobarlo.
“Simplemente te están castigando por algo o muchas veces ligado a la negación a un acercamiento sexual”, explicó la doctora en sociología Olivia Tena Guerrero por parte de la UNAM.
La presencia femenina en el mercado de trabajo se ha incrementado de manera notable en las últimas décadas, particularmente en los sectores productivos y de servicios. Según el último informe de gobierno, en el año 2012 las mujeres representaban poco menos del 40% de la población económicamente activa, de acuerdo con el artículo "La mujer en México: inequidad, pobreza y violencia", publicado en la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Violencia sexual en el trabajo
Para la especialista Tena Guerrero el hostigamiento sexual laboral es otro tipo de agresión que sucede comunmente en el entorno laboral.
En ese sentido, se cataloga en este rubro a cualquier tipo de acercamiento físico desde miradas o una insinuación no deseada hacia una mujer en el espacio de trabajo y que provenga de una persona que tenga mayor poder dentro de la institución.
“Lo más común que encuentro es que cuando hay una denuncia o un rechazo de las mujeres ante ese tipo de violencia, se transforma en otro tipo de violencia laboral, que es el hostigamiento laboral o mobbing que va desde lo más grave que es el despido, así como dejarte sin trabajo, bajarte el sueldo, negarte asensos, hablar mal de ti a tus espaldas o decir que estás mintiendo. Situaciones que pasa con este segundo tipo de acoso constante y si es una autoridad es mucho más fuerte. Muchas veces las mujeres llegan a renunciar”, consideró Olivia Tena.
Menos y peores trabajos
Las mujeres ocupadas laboran mayoritariamente en el sector terciario; tan solo el 79% trabaja en el sector servicios y 16% en el sector productivo, pero la proporción de mujeres que trabaja sin remuneración es mayor que la de hombres, a la vez que el porcentaje de mujeres en el sector informal también es mayor. Este último concepto alcanza una tasa de 30.4% frente al 26.4% para los hombres
El 25 de noviembre es considerado como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer desde 1981, proclamado así por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).