La psicología y el derecho son ciencias que, a pesar de sus particularidades, han sido complementarias en diversas situaciones; en este orden de ideas, es posible advertir una convergencia entre las dos disciplinas en: los procesos judiciales; los dictámenes periciales; las propuestas legislativas; la criminología; la victimología, entre otros.
Así, la participación de ambas ramas ha tratado de mejorar la condición del ser humano en distintos ámbitos de su vida, porque estudian profundamente, las conductas y los comportamientos del hombre.
CAPACITACIÓN Y PRODUCTIVIDAD, ¿VAN DE LA MANO?
El campo laboral no es la excepción al punto de encuentro entre el derecho y la psicología; es de suma importancia considerar la debida regulación jurídica de las relaciones del trabajo y, a la vez, el bienestar psicológico de todos los elementos que forman parte del establecimiento de trabajo.
Para hacerlo posible, y que la psicología jurídica laboral despliegue su actividad benefactora, es necesario tomar en cuenta lo siguiente:
- realizar un diagnóstico empresarial, preferentemente por profesionales externos, a través de un acercamiento con los colaboradores para escucharles y reflexionar sobre sus necesidades y peticiones
- evaluar las posibilidades de cambio, siempre en el marco de respeto a la norma jurídica
- crear o reformar, según sea el caso, el departamento de recursos humanos que, además de hacer las evaluaciones pertinentes en la elección de candidatos a ocupar vacantes laborales y dar continuidad a los ordenamientos jurídicos del trabajo, se ocupe de fomentar un buen ambiente laboral, por medio de actividades recreativas; el reconocimiento al mérito laboral; la apertura de espacios para escuchar a los trabajadores; la atención psicológica para todos los subordinados y la organización de eventos con estos para estimular la convivencia familiar
- contar con espacios seguros y ordenados de acuerdo con la LFT y con el objeto de salvaguardar el bienestar físico y mental de los trabajadores
- otorgar estímulos al personal, no necesariamente económicos (salario emocional)
- establecer, periódicamente, reuniones con los colaboradores para darles a conocer los puntos de partida de la compañía; las áreas de oportunidad; los nuevos objetivos a conquistar; los proyectos a evaluar y demás actividades
- ordenar la administración de los lazos de trabajo y hacer las divisiones adecuadas en los niveles de mando y gerencia, según el tamaño de la empresa, y
- proporcionar, dentro de la capacitación, los segmentos, cursos y talleres de comunicación efectiva, la programación neurolingüística y el desarrollo humano, con las debidas actividades a llevar a cabo; así, los patrones contarán con personas más empáticas y mejor relacionadas en su puesto y, en general, en todo su entorno
Si los puntos anteriores son atendidos, la psicología jurídica laboral será puesta en práctica y, con ello, será más fácil alcanzar las metas deseadas por el recinto y, muy especialmente, el crecimiento integral (individual y profesional) de los trabajadores se verá en aumento, así como su bienestar en general.
Todo empleador que se preocupe, en verdad, por lograr sus objetivos deberá, primero, velar por la prosperidad de sus recursos más valiosos: los humanos.
Finalmente, la psicología jurídica laboral nos recuerda que su campo experimental es cualquier local de trabajo que opte, realmente, por el progreso. No es una fórmula mágica, simplemente debe aplicarse.