Educación en competencias laborales

Estas representan un nuevo reto para el derecho del trabajo, la educación y el mercado laboral y la reforma de la materia resultó insuficiente

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 .  (Foto: iStock)

Cuando una nación se incorpora a las nuevas tendencias económicas mundiales, en aras de prosperidad y desarrollo, se enfrenta a muchos obstáculos y una gran cantidad de retos por conquistar. En este escenario –en donde la teoría económica nos traslada al ámbito laboral, como uno de los principales escalones hacia la cima del progreso de cada Estado– es necesario construir buenos soportes; es decir cimentar esa evolución en la base que amalgama una serie de virtudes de la cual se origina el buen estatus laboral: la educación.

Esta es el cimiento principal del mejoramiento económico, político y social al que han apostado diversos países –por ejemplo: Singapur, Noruega, Australia, Finlandia, entre otros–. Sin ella, los eslabones de la cadena de la desgracia de las naciones, como: la pobreza, la inseguridad, la corrupción, la ausencia de salud, el desempleo, el analfabetismo, etcétera, crecen y son más difíciles de romper. A menor educación, mayor subdesarrollo de los pueblos.

Así, los Estados emergentes, o aquellos que están en avances menores, se tropiezan con la enorme dificultad de reestructurar sus sistemas, para velar por una educación reformista que les abra la puerta del florecimiento. México, por ejemplo, ha tratado de formar conciencia en esta realidad y, consciente de sus inconvenientes educativos y laborales, ha puesto en marcha, a través de sus gobiernos, la formación basada en competencias en su ordenanza educativa superior.

El enfoque educativo basado en competencias, en general, tiene las siguientes características:

  • fomenta el humanismo, la fortaleza del tejido social y saber convivir
  • busca formar personas con aptitudes, éticas, creativas y emprendedoras
  • examina el sentido del aprendizaje (para qué)
  • identifica problemas para su resolución
  • cada problema es un reto a resolver
  • hace uso de los conocimientos para un buen desempeño, y
  • elabora la comprobación práctica

Esta orientación, por competencias, se puede poner en marcha con cualquier modelo educativo. 

A pesar de los esfuerzos, estos ideales aún no han visto frutos en la República Mexicana, pues la ausencia de: los materiales; los escenarios; las visitas a las industrias, las instituciones y las empresas; los convenios adecuados de prácticas profesionales con diversas compañías; la suficiencia en la comprensión de los enfoques y modelos educativos y experiencia en el proceso de enseñanza, se hace presente.

Es de recordar que, precisamente, la demanda de trabajadores, en el mercado laboral, requiere, de hecho, individuos que posean una formación ajustada al enfoque en mención y, para ello, es menester que el gobierno, la sociedad, los patrones y las instituciones educativas creen un puente de comunicación y realización de tareas conjuntas, encaminadas a lograr este objetivo.

Para que en un futuro próximo los colaboradores mexicanos puedan aspirar a mejores estándares de vida, y la nación a un auge, el Estado (del que todos formamos parte) debe procurar que la educación se ubique en la realidad e impulsar la práctica en la resolución de problemas y, además, deberá fomentar la conciencia del humanismo y del desarrollo de habilidades de pensamiento en todos los niveles educativos.

Sin educación apropiada, la evolución del ser humano se mostrará lejana.