Dificultades laborales de los pequeños comerciantes

Quienes lo son, solucionan el desempleo que padecen ellos mismos y sus trabajadores, pero muchas veces se violan los derechos de estos

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 .  (Foto: Cuarto Oscuro)

Como se sabe, la realidad económica, política y social de México obliga a muchos individuos a emprender nuevos caminos que los acerque más a la prosperidad y al bienestar general; así, muchas personas han encontrado en la actividad comercial, a pequeña escala, un sustento que les permite sufragar los costos de la vida diaria.

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En esta nación, como en muchos otros países, es común observar este fenómeno de transición económica hacia los pequeños comercios, toda vez que las oportunidades laborales se reducen y los salarios (sobre todo los mínimos), respecto del índice de precios al consumidor, son claramente bajos; por tanto, los sujetos toman la decisión de dirigir su propio rumbo y desarrollar su ocupación en el comercio de baja gama.

Lamentablemente, existen grados de necesidad mayor que obligan a muchos individuos a caer en la informalidad e irregularidad en el ejercicio de las actividades comerciales y, en muchas ocasiones, en la ilicitud, aun sin saberlo (con lo cual, en estricto sentido, sus tareas ya no serían comerciales sino delictivas), como: la ausencia del pago de impuestos, la venta de piratería, el contrabando, etcétera.

Toda actividad comercial, independientemente de su proporción, grande o pequeña, demanda mucho tiempo, dedicación y esfuerzo; por ende, los mercaderes necesitan del apoyo de colaboradores que les auxilien en su quehacer cotidiano, razón por la que nacen nuevos vínculos laborales, al convertirse los agentes económicos también en patrones por la actividad subordinada y remunerada que reciben de otros.

Si ya se ha establecido que, por diversos factores y circunstancias, la gente ha hallado un refugio en la actividad mercantil, para hacerla su principal dedicación, también existen sujetos que descubren en los comerciantes un cobijo, por medio de la formación de relaciones de trabajo con ellos.

Por desgracia, en algunas situaciones observamos que en estos nexos laborales, mayormente con los pequeños mercaderes, los subordinados no siempre gozan de buenas condiciones al desarrollar su labor, de ahí que cabe considerar los siguientes aspectos:

  • jornadas que exceden las ocho horas diarias
  •  ausencia de pago al trabajo extraordinario
  • salarios inferiores al mínimo
  • alejamiento de la estabilidad en el empleo
  • privación de los derechos referentes a la seguridad social
  • inexistencia de vacaciones y días de descanso, y
  • omisión del pago de aguinaldo y de la prima vacacional, entre otros

De esta suerte, los dependientes de pequeños comerciantes que, por desventura, padecen estas eventualidades en sus lazos de trabajo, aparecen desprovistos de las prerrogativas mínimas conferidas en la LFT, la LSS, la Ley del Infonavit y otras de la materia y de sus beneficios en este escenario de competitividad y supervivencia.

Por fortuna, no en todos los comercios subsiste esta escasez de consideraciones legales hacia sus empleados. La buena conciencia va ganando terreno, y la podemos ver en los mercaderes que se incorporan, paulatinamente, a la regularidad jurídica laboral y en sus colaboradores que les exigen, cada vez más, el cumplimento cabal de las disposiciones del derecho del trabajo.