Valor de la disciplina en las relaciones de trabajo

Los patrones y sus colaboradores lograrán mejorar este país si cuentan con esta actitud bien estructurada

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 .  (Foto: Getty)

Los tiempos por los que atraviesa México son de mucha incertidumbre –el proceso electoral, en el cual los ciudadanos asistirán a las urnas para expresar su voto, por las propuestas política, económica, social, educativa y contra la delincuencia, que más les hubiesen convencido–; e incluso se puede decir que de caos, por los índices de extrema violencia que sufren ciertas entidades federativas.

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Ante esto se pueden mencionar dos importantes conceptos –en desuso nacional si alguna vez existieron- que permitirían a esta nación salir de la coyuntura en la que está sumergida, lentamente, pero de manera segura: la educación y la disciplina.

La disciplina es la coordinación y el orden de las actitudes con las cuales se instruye para desarrollar unas habilidades con el fin de conseguir un determinado tipo de conducta.

Es la base estructural de lo que yo llamo tiempo de vida, pues representa la vía y el camino para el logro de las metas y los objetivos. Es inimaginable que un ganador olímpico; algún cantante con trayectoria de gran éxito o un equipo de soccer ganador de la copa del mundo lo sean sin este importante componente.

De ahí que si los empleadores y los colaboradores mexicanos desean tener el país que se quiere, necesitan trabajar intensamente en manifestar una disciplina bien estructurada en todo aquello que realizan cotidianamente.

En la vida empresarial u organizacional, es una realidad que se utiliza de manera discriminada la disciplina, pensando que solo se trata de hacer lo encomendado por un jefe o un directivo, incluso se asimila al respeto que debe existir en las diferentes líneas jerárquicas dentro de toda compañía, pero eso es un gran error porque va mucho más allá de lo simple y vago con lo que se llega asimilar.

De ahí que debe ser vista y ligada a la responsabilidad personal, sin que esté vinculada de forma alguna con la obediencia; de hecho, debe considerarse como elemento de desarrollo y crecimiento humano, en razón de que tiene relación con una interioridad equilibrada con su ser que lo conducirá a su progreso. Esto implica ejercer una acción rigurosa, pues toda intención que no se exprese a través de ciertos actos será una infructuosa y vana.

Es común escuchar ¿por qué los mexicanos no logran alcanzar sus objetivos? ¿por qué a pesar de sus conocimientos y experiencias vagan sin rumbo y se conforman con una vida de solo existencia social, política educativa, en lugar de una vida de sustancia? mi respuesta es: la falta de disciplina constante.